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miércoles, 10 de enero de 2018

UNOS TIPOS DE POCO FIAR

 Uno deduce que no es de fiar abrazarse a los poderosos mundiales. A Bin Laden lo formaron y adoraron para acabar tirándolo por la popa de un buque de guerra. Unos cuantos años antes, el saudí multimillonario paseaba con su troupe por donde le salía de sus cojones mahometanos, dando manos y abrazos. Aquí se pasa de amigo a enemigo en un tris. Hussein chocaba también la palma de su mano a todos lo gerifaltes del mundo. Incluso lo condecoraban con grandes cruces. Eso fue antes del invento de las armas de destrucción masiva, aunque, de paso, se justificó el asunto en la venganza kurda. Por cierto, de los kurdos, igual de sometidos hoy en día, ya no se acuerda nadie. Gerifaltes y geripollas suelen almorzar en palacios entre alfombras y contratos multimillonarios. Siempre mientras dure la coyuntura.   Aznar regaló a Gadafi un caballo, o quizás Gadafi a Aznar, no recuerdo, sólo sé que también el Borbón y el hachisero se reunieron en jaimas a comer couscous libio de petróleos y contratantes.  Lo que intento explicar es la relación entre los estados como puesta de escena teatral. Hitler besó a Stalin antes de la operación Barbarroja, Francia apoyó a Bokassa, aquél caníbal centroafricano, hasta que éste se auto proclamó rey, emperador y dios, todo en uno, incluso se hacía mecer en trono de oro puro. Giscard, representante galo, sabe bastante de aquellos días y de diamantes, muchos diamantes. Fíjense en Sarkozy:  en el 2006 puso la mano a Muammar para recibir 66 millones de dólares directos a su campaña electoral. Y eso que intuía, sabía, que  el presidente libio acabaría muerto como una sabandija francofílica.
 El caso es que todos estos tipos no son personas de fiar. Aunque es peligroso lo que digo, porque si ellos como mandatarios no son de fiar, resulta que sus estados tampoco lo son.   Me entretengo haciendo el listado de abrazadores y abrazados que luego han sido enemigos mortales,  o viendo reportajes de relaciones entre naciones actuales.... apostando cuanto tiempo tardaran en cargarse a ese que tanto alaban, besan, apoyan o afirman.

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