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jueves, 28 de diciembre de 2017

MOSCAS


El agricultor fabrica trampas con botellas pequeñas de plástico. Perfora un lateral con minúsculos agujeros, introduce restos de bacalao seco en su interior y los cubre con agua. Después cuelga en ramas del frutal el habitáculo. Las moscas enseguida reaccionan, el perfume las atrae sin especulación posible. Y entran en la guarida desde las minúsculas puertas habilitadas. Una vez dentro, liban hasta el hartazgo. 
Las moscas tienen sólo una salida. No recuerdan desde dónde vinieron, ni analizan como salir. Por eso ascienden y chocan con el tapón azul del plástico y revolotean y caen extenuadas al pringue,..... y se ahogan. Así de simple.
Sobre estas variedades artesanales (botellas de agua llenas de moscas muertas colgando de perales y manzanos) hablamos ayer sin dilación. Mi extrañeza siempre va más allá. Los hemisferios cerebrales de las moscas responden a otros estímulos, nada que ver con la zootecnia al uso: estímulos nerviosos sujetos a genes determinantes. 
Yo se, lo he contado muchas veces, que la Drosophila puede desaparecer en las paredes de los botes de vinagre. Conozco también a moscardas azules que lejos de reventar contra los cristales en primavera, los atraviesan reduciendo su energía impactante y lanzando un órdago a la física común. Impactos de invisibilidad y mundos paralelos donde los dípteros vienen y van sin consideración.
De estas cosas hablábamos un rato. También del fin. 
 El fin es algo que sobrevuela diferencias como las moscas sobrevuelan el olor a bacalao pútrido. Aún así ofrezco resistencia, guerra de guerrillas, estrategias avanzadas de asalto al emboscado. Algunas veces veo que mis hemisferios cerebrales son similares a los de las holometábolas y levanto vuelo siempre directo al tapón azul de plástico para caer y perecer ahogado en el fanal biológico.....
No hay trampas posibles, todo brilla en la conversación de espumas. No muy lejos, si medito, un puñado de moscas revolotean buscando salidas en los cristales.


LA METAMORFOSIS


La humedad empapa el cuerpo. El insecto que vive en mí aparece de repente. Kafka lo sabía, Kafka habitaba en su seno, era el mismo y repelente coleóptero que aprisionaba su alma.....
Esa tormenta interior asola el territorio con huracanes violentos. No sabría especificar si arranca toldos y tejados del músculo cardiaco o árboles y sendas sanguíneas, autopistas interiores dolidas.......
 Suena música, prefiero oír jazz tenue mientras el vendaval destroza toda la ciudad- pánico que invento. Dice Kant en su Critica de la razón pura: "dos cosas llenan mi mente con creciente asombro y perplejidad, y con mayor frecuencia e intensidad el pensamiento se concentra en ellas: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí". ¿A qué responden mis leyes morales?, ¿acaso esa norma con mayúsculas no abate a la propia naturaleza?, ¿el caos absoluto, la catástrofe de los vientos machacando la condición de pensador atormentado....?......
Los pájaros invaden la escena. Mucho antes que ambulancias y equipos de socorro. Los pájaros se alimentan de carroña a semejanza de nosotros humanos.... pájaros carroñeros con picos llenos de vísceras, charcutería procedente del desguace......
Y entonces ya, sin más, la metamorfosis anunciada y tantas veces escrita, produce su efecto........




LENGÜETEO


Lenguas. Azules, rojas, naranjas. Bífidas, largas, cortas, hinchadas. Lenguas con musculatura hipobranquial colgadas del cabezal de la cama. Los pájaros revolotean con furia, les atrae el olor a nervio puro del trigémino proveniente del ganglio de Gasser. Una delicia que picotean poniéndolo todo perdido de sangre y briznas carnosas.
Cientos de lenguas cortadas secándose al sol. Y la mía también, estirada, tartamudeante, todavía llena de vaho, lengua caliente sonrosada con un pellizco de saliva negra......
Paso una hoja, y dos y otra más: "Tu lengua es el país de fuego donde no hay relojes, donde la palabra dura y difícil, da vueltas y vueltas peregrinando a trancos donde el salivajo mancha los manteles sin cortarle el paso". 
Extraña correlación de hábitats.  Desde "Radio Nadie" un blues ameniza el discurso del señor presidente de no se que fundación. Parlamentarios fundamentados en fundaciones, asambleas constituyentes, monarquías, alcaldías, despachos de recursos humanos. ¿Los recursos humanos son inhumanos?. 
Dice una de las lenguas colgadas... bla bla blá. Había oído antes esas palabras..... "oiga, señor, yo soy yo y diferente a usted. No puede pretender cambiarme a estas alturas, además, no miento nunca. Salvo cuando lo hago, claro". "Tu lengua es un tambor, la gran detonación que estalla en el silencio y no transige ante el dolor de muelas o ante el sueño". Lenguas desleales hablando en lontananza, soñando camufladas , convirtiéndose en gargantas desolladas, sin aire apenas, lenguas como gusanos de mediodía.... María Eugenia Caseiro lo escribe en un poema al margen del colgadero personal: 
"Cuando vengan a buscarte con la lengua desatada a siete grados en la escala de Ritcher, estaré plantada en la casmodia de negarme, en la feroz rigidez de la sordera para volver a la serenidad del hambre".



UNA BREVE HISTORIA DE AMOR

"Yo no quiero leer en los libros una verdad que poco a poco sube como un agua, renuncio a ese espejo que dondequiera las montañas ofrecen, pelada roca donde se refleja mi frente cruzada por unos pájaros cuyo sentido ignoro." Vicente Aleixandre

Leo una historia, la de ellos, arrebatados y exhaustos sobre un colchón mullido, demasiado blando para tanto ejercicio atlético. Varios detalles dan muestra de la locura relativa de los actos: sueñan en caníbal, que es una forma de soñar nada literaria: «Placeres espantosos y dulzuras horrendas»... otra vez el oxímoron clavado en el corazón.
Están relacionados apasionadamente. Cada vez que sale el sol o muere por el horizonte dejando el asta fina de la luna brillar y desprender canela sobre las estrellas, un cometa de hielo y protones sobrevuela sus venas. Incendian todo, piromanía exclusiva de paradojas. Las de Jevons, Galileo, la paradoja del hotel infinito, de la banda esférica, de la serpiente: Si una sierpe empieza a comer su cola acaba comiéndose absolutamente todo su cuerpo, ¿dónde estaría la serpiente, si está dentro de su estómago que, a su vez, está dentro de ella?..... ¿dónde entonces ellos?, ¿atrapados dentro de sí mismos, cada uno en el estómago del otro, cada cual en la garganta del amado, cada quién en el sexo bestial que los  subyuga y aniquila... reviviéndolos siempre?.
 Han estado cerca de la muerte alguna vez. Han rozado el miedo otras más. Eso los diferencia y une. Son personajes oxímoron. Figuras lógicas que usan dos conceptos de significado opuesto en una sola expresión, generando un tercer concepto.
Y de la mano, paseaban a veces cual sombras grises por las alamedas. 


NIEBLA SEPULCRAL

Tomaba café tranquilo a las siete y media. Es  buena hora para el café y el viene y va de las mañanas. Ojeo la prensa, la leo, observo opiniones, faldillas, columnas. Entonces, sin esperarlo, he visto una nota necrológica con mi nombre y apellidos. "A...R....J....., fallecido antes de ayer, en paz descanse". La necrológica no tiene mayores adornos. Abajo, en minúscula cursiva, una brevedad: sus familiares, amigos y allegados lo tendrán en la memoria.
 La primera impresión que tengo al ver mi nombre  en el recuadro negro de un periódico matutino es mirar a los lados. Tal vez alguien esté fotografiando ese instante de estupefacción. Tal vez no. Salgo raudo a la calle. Pido una copa de chinchón en un bar vacío, (hace siglos que no bebía una copa de chinchón), y me la meto entre pecho y espalda, quizás estómago y esófago. Caminando por la acera no dejo de dar vueltas al asunto. Llamo por teléfono a mi mujer. Comunica. Llamo a mis hijos, comunican. Llamo a un amigo, comunica. Pienso y actúo: telefoneo al periódico, a la sección de obituarios. También comunica. Así que tomo un taxi. Cuando pueda por favor. Hasta la calle Detal, número 69. En el camino, un poco más relajado, tal vez por los efectos del anís, advierto que una niebla espesa se apodera de la carretera. Y sin más, sabiendo que la mañana era  soleada, temo lo peor. Por favor, aquí mismo, deténgase. Nadie  hace caso. Nadie se detiene. Nadie conduce, nadie, sólo niebla alrededor. Y el dulzor empalagoso del anís en la garganta.