No me sorprenden
los ecos de avances científicos: en nada podremos comer carne de vacas sin
necesidad de vacas. "Estamos a un paso de producir la primera hamburguesa
de carne cultivada", explica un doctor de la cosa. "Con una simple
célula se podrían cultivar toneladas de carne y contribuiría al medio ambiente,
ya que no se agotarían los recursos agrícolas y no se generaría tanto
metano"."Lógicamente hay que "alimentar" estas células,
hacerlas saludables, mediante la introducción de azúcares, proteínas y
grasas". Una vez conseguido el tejido muscular habrá que ejercitarlo. Y lo
harán con algo que llaman electro estimulación.
A las siete y media de la mañana no me apetece un solomillo vacuno, no soy ni
quiero ser seguidor de Joyce, no me atrae el hígado crudo. Pero otros estarán
de enhorabuena: carne artificial en bandejas, adaptable a cualquier consumidor.
Además, caso de producción en cadena, a precios módicos.
Se me ocurre que esta técnica podría usarse para reproducir ministros de
Hacienda en cadena, por ejemplo. Toneladas de ministros fascistoides cortados en rebanadas electro estimuladas, o mejor aún,
un producto estrella: carne tonta del señor presidente gubernativo, Forrest Gump del
hemiciclo.
Me considero gran aficionado a la física cuántica, sobre todo por
ser de letras, asunto que, contra lo que parece, es necesario a partir del
segundo átomo. Estos días he andado con un librito de bolsillo en el bolsillo
(aquí, mi bien leído Umbral pondría entre corchetes: la expresión no es un
error, señor linotipista), de Michio Kaku, científico gurú digno de tener en cuenta.
Y Kaku ya me puso en la pista del futuro que nunca veré: máquinas inteligentes
gracias a la nanotecnología, mecánicas ondulatorias, al quantum y los/superconductores. Todo desde nada: la nada como alimento electro
estimulante: viajes espaciales, medicina ipso facta, energía de las estrellas,
civilizaciones planetarias, alimentación con células madres cultivadas, y la
mente controlando la materia.
Acaba de amanecer. El sol me pilló en estas
elucubraciones, ejercicio insano que efectúo con disciplina. Ahora
sólo queda asearme, bajar a la calle, montarme en un conjunto de fotones y
teletransportarme en estado cuántico (qubits) hasta el bar de la esquina.