Buscar este blog

jueves, 25 de enero de 2018

LOS AMIGOS TE LEEN

Te leo, dice un amigo. Eso significa que entra en el blog y se atreve a comprenderte. Es difícil que los amigos te comprendan, sobre todo porque te conocen. Pero la suerte del escritor es poder ser otros, desabrochar la cremallera de su mente podrida y salir de sí mismo para enseñarse. Sé que en muchas ocasiones empeora la situación, pero al leerte o al leerlos, nos metamorfoseamos de renacuajo a sapo y de sapo saltarín a sapo parlanchín. Y todo, sin perder el equilibrio en la ciénaga. De ese modo, agradezco a los amigos sus lecturas. Deberías de ponerle al blog algo más de ánimo, fotos de tías en pelotas, por ejemplo. Lo comprendo, quizás también están, lo que pasa es que no sabes verlas, suelo contestar recordando a Dalí, la virgen y la balanza. (No me irán a decir, dijo el genio a un jurado ante su pintura, que no ven a la virgen. Los catedráticos estupefactos, contemplaban una balanza romana). 
Yo escribo balanzas romanas, asesinatos crueles, besos de papel y mala leche de vaca montañesa. Escribo mujeres desnudas, asnos muertos, suicidas de mentira y vírgenes putas. Te leo, dice un amigo con cara de fin de mes. No tengo un euro, le advierto, sabiendo la deriva de semejante conversación. Èl sonríe y vamos al bar dónde nos fían. 

FOTOGRAFIADO

Me aficoné a la fotografía paralelamente a la literatura. Imágenes, esas eran las claves mágicas que lograban transportar los sueños. Sueños vacuos o efervescentes.
 Deteniendo el alrededor, congelando el momento, robaba el alma de las cosas para fagocitarlas vorazmente. Puentes, árboles, pájaros, calles. Tragaba instantáneas que se convertían en otras, porque el ánima de las cosas es modificable y transmutable. Empero, siempre evité aparecer en ellas. Yo era el ojo, no el objetivo. Sabía que mi fotogenia era nula y que, definitivamente, aparecer en aquella quietud eterna, en aquella relativización, sólo me aproximaba más a la muerte.
 Últimamente salgo en algunas odiosas fotos. Miro mi cara de hombre mayor y veo el reflejo genético de mis padres, la muesca grotesca de sus óbitos en la mandíbula. Es la venganza del cromosoma. Las cejas arqueadas, la posición del rostro. Todos mis antepasados tenían ese rictus determinado, ese congelado gesto. Y así han ido transmitiéndolo generación tras generación. A partir de una época cercana al fin las caras se convierten en clones específicos, retratos subliminales de sus muertes, del limbo de la ausencia que nos espera. 
Acabo de romper una fotografía en blanco y negro. Es de ayer. Estoy sentado, con la mandíbula ligeramente ladeada. No es manía, una señora invisible con guadaña de tinta posaba a mi lado. Y eso no me gusta nada.


DE VIAJE

He estado hace un rato en Viking 1, en los cráteres rojizos como espuma que lo rodean, sin prisa, paseando por valles y los montes Pavonis y Tharsis. Grutas y escarpados barrancos donde perderme una tarde de Enero, cuando un ciclón amenaza las comunicaciones. 
Escribo ahora mismo esta crónica breve desde lo alto del Empire State, en el cruce de la quinta avenida y west 34. Escribo desde lo más alto posible mientras  recuerdo que en la mañana nublada de un sábado de Julio del 45, el coronel Willian Smith empotró su bombardero B25 entre los pisos 79 y 80, traspasándolos y logrando aterrizar en el tejado de un edificio contiguo. Murieron 14 personas. Cuentan que Betty Lou sobrevivió a la caída del ascensor desde el piso 75. De todos modos, ahora que me he colado en las alturas, intento buscar al rey Kong, que subido en la cima del edificio palmotea aviones hostiles, mientras trata de salvaguardar a la bella que podrá perpetuar su especie. Jamás había viajado tanto. De El Cairo a Montevideo, desde  Machu Pichu a los fiordos noruegos.
 Un paseo estelar simple me conduce hasta la luna. Blanca de ensueño, sigo caminos,  rutas ya señaladas. Veo satélites abandonados, masas de polvo estelar, Selene postrada entre sendas y veredas, abismos estáticos espaciales, silencio dañino.
 Con mi portátil ando por la vereda verde imaginaria de las llanuras de Naboo, donde el gran ejército Gungan luchó contra los droides de la federación de comercio. Llanuras verdes de Naboo que amé en otras vidas que soñé. Escribo esta crónica tranquilo, solitario, con  buen jazz de fondo. Y es que viajar por otros mundos con Earth- Moon Google, es todo un gustazo.


LIBROS

  Las fauces del dragón extiende el fuego aniquilador de princesas secuestradas: libros: nueve años de guerra entre aqueos y troyanos, la peste negra, "Canta, oh musa, la cólera del pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valeros...as de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves; cumplíase la voluntad de Zeus desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles'"

 15.693 versos en hexámetros dactílicos. Homero, ciego ya, en la mesa de una feria editorial. "Y entonces en la costera Chipre existirá un gran cantor, al que dará a luz Temisto en el campo, divina entre las mujeres, un cantor muy ilustre lejos de la muy rica Salamina. Dejando Chipre mojado y llevado por las olas, cantando él solo el primero las glorias de la espaciosa Hélade, será inmortal por siempre y no conocerá la vejez...". 
 Euclo viste un uniforme adecuado y vende retazos de frases igual que churros: porras, churros al estilo madrileño, churros japoneses, churros homéricos, libros, churros como libros.
 Vida y muerte, atrocidades, hogueras, miserias, autores, montones de letras revueltas, grafías, caracteres, fuentes, capitulares, ojos, cientos de ojos, manos arrugadas deshojando filamentos de madera, poemas, prosas, invenciones, mentiras, verdades...............
Libros en el corazón clavados cual saetas, que más da, uno es un profesional, no sirven las novedades novedosas,no sirven las modas, ahí detrás, en los recovecos ,están las páginas buscadas: Comala, Macondo, las áridas tierras esteparias, la tundra, los habitantes del otro lado, ....dúplicas. 
Y sin embargo, en ese proceder casual disfrazado de comercio, la muerte enseña su zarpa: buscaba la sabiduría y poco a poco renuncié a todo... a todo.





BOCATA DE CHORIZO

Como los sueños sueños son y pese a explicaciones freudianas, a las fases del mismo, a los ensueños y otras ilusiones mentales, cada uno es cada cual y todos derivamos nuestro cerebro hacia lo imposible durante el descanso. Conozco a gente que sueña con caballos que tienen dentaduras postizas, y a otros que bañan en sangre volcánica sus miserias nocturnas.
Últimamente sueño con bocadillos de chorizo. Sueño con panes crujientes,  rebanadas hermosas y rotundas. Sueño con su olor inundando el dormitorio, (tanto, que cuando me levanto aún persiste el delicioso perfume).  Con el globo terráqueo cortado a rebanadas, un mundo chorizo que cae en la profundidad del universo. Chorizo de cantimpalo o pamplonés, chorizo grasiento que supura manteca rosa en las migas del pan.
Como tranquilamente a bocados el trozo que arranco a dentelladas. La saliva garganta abajo desaparece entre las sábanas de mi cama. Sueño con una cama fileteada metida dentro de una masa tostada, una noche estrellada de fiambres brillantes,  charcutería porcina colgando en el azabache del cosmos.Sueño con la luna envuelta en tripa de piel y con una gota derramada como lágrima por la vía láctea. Una lágrima de chorizo que invade el firmamento.

                                   

IRREVERENCIAS

 Reconozco que siento una atracción irresistible e intelectual por la iconoclasia y la irreverencia. Pudiera parecer un defecto del carácter, en  caso del mío pudiera parecer una deformación cultural: no está bien ser intolerante. O pudieran ser ambas cosas, pero no me importa. Los símbolos son importantes en la relación de las sociedades porque se convierten en morales y repugnantes seres de control absoluto.
 El simbolismo deísta, el deísmo en sí, es una claudicación, una oclusión de la vieja aspiración libertaria. A través del icono (representación del poder) los sacerdotes, siempre togados y poseedores de la verdad que el libro les cita, (un libro que ellos manejan para poder manejar), venden nuestras liberaciones al orden armado: bajas pasiones, celos, miedos, sexo, concupiscencia, sabiduría, filosofía, razón, ciencia. El icono,  símbolo- dios, intenta controlar este progreso evolutivo. Por eso creo en la  caricaturización de los mesías, "elegidos" al servicio de una ideología ajena a la realidad. Decididamente la irreverencia, la mofa, aparte de ser sano ejercicio, pone en su sitio a lo sagrado. Tan vulgar y mundano.