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jueves, 21 de diciembre de 2017

DELANTE DE LENIN

El primer trago de vodka sabe a rayos. El segundo  anestesia la lengua, el tercero empieza a despertarme. Imagínate, los músicos de la orquesta del teatro Bolshoi mojando las boquillas de sus instrumentos con vodka. Estábamos a treinta grados bajo cero. Sonó la Marcha fúnebre de la Sonata nº 2 de Chopin, al principio descompensadamente. En un instante encajó perfecta. Era 27 de Enero de 1924. Trasladaban al camarada Lenin a su mausoleo provisional, todo de madera de roble y haya. Nunca tanta gente pisó las calles de Moscú. Cantaban La Internacional. El féretro era portado por el comité. Bujarin, Zinoiev, Kamennev, el propio Josef Stalin. No fue hasta 1929 cuando se erigió el mausoleo que ahora está en la plaza Roja. Llegar hasta ahí ha supuesto casi medio litro de alcohol. Sin marcas, a trago puro, no me extraña que enganche tanto a mi acompañante. El mausoleo es una pirámide escalonada, rodeado de granito rojo. Durante un tiempo se convirtió en tumba de los dos líderes. Lenin y Stalin hipócritamente juntos. En el XX congreso del PECUS, en 1956, Kruchov se hizo con el poder.  Cinco años después, sacó a Stalin del lugar y lo enterró en la muralla del Kremlin.
Hay una larga cola de visitantes. Muchos japoneses con cámaras. Veo al padre de la revolución bolchevique y parece un ninot de fallas. Un muñeco de cartón piedra, amarillo verdoso. Aún así impresiona. El rito a la muerte, el culto a la personalidad...., prefiero no divagar, el vodka hace su efecto. 
El patólogo Abrikosov inyectó seis litros de glicerina, formalina y alcohol en la aorta. A pesar de las inyecciones, los restos mortales habían adquirido un tono plomizo que se acentuaba hasta convertirse en un color terroso alrededor de las cuencas de los ojos... Worobjov, catedrático de anatomía y Boris Zbarski, químico, extrajeron todos los órganos, (a Stalin le interesaba colocar dentro del santuario  un santo bello y no un cuerpo en putrefacción constante), lavaron la cavidad torácica con agua destilada y la fijaron con formaldehído. Después dejaron el cuerpo varias semanas en un líquido balsámico de glicerina, acetato potásico y agua. Añadieron quinina de cloro y fenol, ácido acetàtico contra las manchas y peróxido de hidrógeno para dar a la piel un tono lustroso. Los globos oculares fueron sustituidos por prótesis y le cosieron los labios y párpados. El cerebro, famoso cerebro de Vladimir Illich,  se extrajo y cortó en tres mil rebanadas, porciones lonchadas para el estudio permanente...
Desde arriba del talud, pirámide ceremonial, uno se siente importante. Aquí escenificaban discursos los líderes de la revolución. Banderas, intrigas, fanfarrias ocasionales y frío, un frío gélido inhumano.. Me cuentan que Pasionaria habló al menos dos veces desde la tarima instalada. Y Lister. Y Carrillo.
El vodka hace que siga consultando técnicas de embalsamamiento, sobre todo de los especialistas que trabajaron en el Instituto de Perpetuaciòn. Lo cierto es que después de la segunda guerra mundial, todos los dirigentes de Estados amigos querían ser como Lenin. Salvo Mao, al que embalsamaron los chinos, el equipo médico soviético trabajó con Georgi Dimitrov, de Bulgaria, Klement Gotwald de Checoslovaquia, Tschoibalsán de Mongolia, Agostinho Neto de Angola o el mismísimo Ho Chi Minh, arreglado en plena guerra de Vietnam en subterráneos y expuesto en su mausoleo particular después del acuerdo de paz de Hanoi.
A estas alturas tengo bastante momias y bastante historia mojada en vodka. Comemos en un restaurante cercano a la plaza. Es moderno, americanizado, muchas camareras con minifalda que nada saben de ortodoxias ni de politburó. Pido agua y carne. El plato, sobradamente lleno, presenta unas láminas finas de carne en salsa. Imagino el cerebro de Lenin desguazado, sus restos en la cocina, su gorra apolillada en el perchero. Me levanto y marcho al aseo.



TIRANDO GATOS A LA BASURA

Vemos como una señora cuarentona acaricia a un gato y, acto seguido, lo arroja al contenedor de la basura. Suele pasar. Otras veces alguien tira un paquete perfectamente embalado que contiene las extremidades inferiores del vecino. Otras, lo saben ustedes bien, al abrir el contenedor el llanto de un neonato sorprende al indigente que buscaba cajitas de galletas empezadas o media docenas de huevos caducados. En mi barrio, a Serapio, en una borrachera, lo arrojaron al contenedor entre otros dos. No contentos con la acción, empujaron el cajón verde de la basura cuesta abajo hasta que acabó empotrado contra un autobús de línea aparcado en una curva.   
Gatos, señoras, vecinos, amputaciones, bebés y borrachos rondan los contenedores verdes, basuras de nuestro tiempo destinada a vertederos llenos de gaviotas carroñeras. A uno le parece una actitud demencial arrojar animales o seres vivos o muertos, es más, no volvería a fiarme de mi vecina si la filmaran acariciando y arrojando gatos, dos asuntos diferentes, antagonistas, contrarios incluso al propio estado de las cosas. Ella, en su descargo, ha dicho que no sabe que le pasó, sólo quería gastar una broma. El felino enclaustrado ha contestado que marramiaumiau. Coincido bastante con esta segunda opinión.


DESPERTARES

Mala mar y quince nudos de viento encorsetado en la cresta de las olas. Durante una hora acompaño con tranquilidad una cerveza y un par de libros. La terraza está vacía, aunque enseguida un trío de jóvenes  luce palmito y tatuajes. Refugiado en lecturas indómitas... ¿les hablo de la piel negra de un esclavo expuesta en un museo antropológico como curtido de especial textura? ...... asisto a su biofauna burguesa- urbanita .Estoy, he de decirlo, en una pecera privilegiada y me dedico a la taxonomía casual y aleatoria...... da para escribir cinco tratados de comportamiento....Desayunar, (es eufemismo) viendo imágenes que pueden atentar contra mi sensibilidad de espectador (ignoran los reporteros que mi sensibilidad hace años quedó descartada). Me refiero a la matanza efectuada por los insurgentes del Ejército Islámico en Irak . Hasta 1700 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes ejecutados sin compasión.  Tipos arrestados, apaleados, arrastrados, tumbados en el suelo y fusilados sin excusas. Muchos con camisetas de fútbol, cadáveres con la cabeza reventada a ráfagas y moscas en la boca... ah, sí, las moscas.....
Los indios de la costa de Caracas cazaban gymnotis, anguilas eléctricas, una especie autóctona capaz de matar a cualquiera. Reunían todos los caballos y mulas que podían y  los llevaban a las charcas dónde eran atacados sin tregua por las anguilas. Algunos equinos se desplomaban y morían, mientras otros que intentaban escapar eran llevados de nuevo al agua y se ahogaban o sobrevivían porque las anguilas habían descargado 650 voltios sobre sus cuerpos..... moscas revoloteando en el lodazal suramericano a la luz de Venus....
Los cuerpos yacentes, abiertos en canal por proyectiles Kalashnikov....... tumbados en el promontorio de la tierra árida escupida mil veces por la muerte cruel, puta muerte asesina....... ¿en que varía su suerte frente a la de los caballos fulminados por sacudidas eléctricas?.....
Y en esas estaba, dentro de la pecera con una cerveza, cuando desde la mar revuelta caminaban fantasmas del pasado sin más hasta la orilla. Mejor sacudir los pensamientos y volver a la realidad. El sol pestañeando  y el viento de allende moviendo papeles en las aceras.



VAGUEDADES Y ALMA


El invierno irrumpe  a las seis de la tarde en una playa cualquiera, espigón de amores, posidonias y orines de espuma en la orilla.
 Así se improvisa: uno arma el colt, desenfunda, intenta volarle la sesera a los acontecimientos y ve sorprendentemente que ya no están, falsa alarma, han marchado con el viento de poniente que trajo temporal a la costa.....
Encima de los deltoides, (lleno de nudos), tengo pellizcos de dedos crujientes, de uñas de gel rotas, pellizcos que alivian la tensión de mi cuerpo. Hablábamos de dolores del alma, de vacíos, de sufrimientos indescriptibles. Esta claro que si no llego a esas profundidades no llego a ninguna otra: es necesario calar el fusil y adentrarse en territorios negros, espesos, junglas pobladas de alimañas dispuestas a devorarte, es necesario blandir la espada, el machete, cortar el ramaje... ¿qué sino?, ¿a dónde ir de lo contrario?... toda sería mentira, fugaz, solo fachada. 
Los recónditos territorios del alma, maldita sea: “El límite de cada dolor es un dolor mayor.” Pero quiero combate, quiero y necesito ese combate, esa batalla cruenta que librar.

 Es misión de nos, asesinos profesionales, entrar en  deliberaciones, interrumpir lágrimas o no, mejor beberlas, exhibir la técnica del sumiller, apreciar los taninos torpes de tanto llanto. Es de justicia tener esa oportunidad mientras el invierno irrumpe a las seis de la tarde en una playa cualquiera, espigón de amores, posidonias y orines de espuma en la orilla.......