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domingo, 10 de diciembre de 2017

COSAS

En boca cerrada no entran moscas, aunque me atraiga dar vueltas últimamente a las cosas. En moscas cerradas no entran bocas, es una imagen maravillosa, propia del mismísimo Max Ernts, al que veo otra vez disfrazado de bandido en L'age d'or. Dando vuelta a cosas, topo con El diablo cojuelo para releer de pasada sus andanzas contadas por Luis Vélez de Guevara en las postrimerías de 1600, de paseo por el Madrid cortesano junto a don Cleofás Leandro Pérez. 
Diablo al que, de otro modo, Ambrose Bierce dedicó un extraordinario diccionario que refresca mis días. Bierce define palabras dándoles vueltas de calcetín. 
Por ejemplo, Demonio: "hombre cuyas crueldades se cuentan en los periódicos. Ser cuya existencia tiene un valor inapreciable para los reporteros, quienes, sin embargo, casi siempre se dedican a censurar y criticar su forma de vida". O su explícita definición de Desnudez como "la cualidad del arte más difícil de soportar para los lascivos". Forma sin duda demoníaca. 
Ya digo que arrimándose a buena sombra, uno encontrará el árbol extendido, con brazos abiertos y latido tubular de corazón jodido.


HUEVOS FRITOS CON JAMÓN

¿Cuantos huevos fritos con jamón comió el difunto?. Dos por día durante veinte años, unos 14.600, más o menos. Catorce  o quince mil huevos con dos lonchas de jamón, siempre para cenar. Sin excusas, primero el plato con las yemas y las claras, sus puntillas tostadas, el pernil cortado en lonchas finas. Después lo demás, cualquier cosa, sin empalagues ni disgustos, a conciencia.
¿Por eso le han puesto una chaqueta con manchas amarillas?.
Oh, sí, él siempre decía que vistieramos su cadáver antes de incinerar, y que la ropa, el blusón, tuviera manchas de aceite y albúmina.
Veo que también han echado en la caja dos docenas extra grandes de huevos. Sí, sí, así lo dispuso en vida. ¿Y... jamón?.
Ahora lo traen, han ido a envasar al vacío un cuarto de kilo.
¿Todo eso dentro del ataúd?.
Claro, directo al crematorio, el resultado será ceniza mezclada con su cena favorita. Hay que respetar las últimas voluntades.

Pues tiene usted razón, no seré yo quién se oponga.




MANZANA EMPAPADA EN VINO

Como manzana empapada en vino y fumo polen de los altos del Golán. Para que la manzana adquiera virtud hay que cortarla en daditos y sumergirla en un vaso cargado. Para que el polen tome vigor habrá de deshacerse una mota, apenas, en tabaco fresco.
Manzana, virtud, polen, vigor se asociarán en medio del carraspeo y las toses.
Oigo “Caravan”, de Teolonious  Monk mientras me llevo a la boca con una cucharita  pedacitos exactos de manzana tinta. Los altos del Golán expiran humo que aspiro.
Expirar y espirar son dos términos asociados a la vida reglamentaria de uno. Vigor, virtud, jazz de media tarde.
La música inunda el salón y dejo que todos los fantasmas internos afloren. O casi todos.
      La muerte no. Muerte también es unos de esos términos asociados. Me jode reconocer que he visto su fantasma lacio varias veces. Pero no le apetecía.  A mí no me apetecen  virtud ni vigor. Sí la fruta de vino, sí el polen, sí el jazz que todo lo empapa.
He usado varias veces la palabra empapar,  curioso. Filtros absorbentes que se extienden como capas de cebolla, meninges inflamadas y embriagadoras… entonces leo a Borges hablando como Da Vinci:la pantera africana es como una leona, pero las patas son más altas y el cuerpo más sutil. Es toda blanca y está salpicada de manchas negras que parecen rosetas. Su hermosura deleita a los animales, que siempre le andarían alrededor, si no fuera por su terrible mirada. La pantera, que no ignora esta circunstancia, baja los ojos; los animales se le aproximan para gozar de tanta  belleza y ella atrapa al que está más cerca y lo devora”.
Dos caladas más y solo veo cadáveres mordidos por panteras.
Una ruge con virtud y vigor en la rama de la lámpara del salón, aunque que sé aquí estoy a salvo: habito en el pudridero de la jungla. Comiendo manzana empapada en vino,…. fumando polen de los altos del Golán.