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jueves, 4 de enero de 2018

ONÍRICO


Apenas muere el día me vienen a la cabeza razones bestias para levantar el fusil que ya jamás levantaré. Ha sido sólo una impresión, ligera y vana, una leve ráfaga de mala idea sujeta al destino de la vida que va.

De todas las armas expuestas en mi personal conflicto, me quedo con las sábanas atadas y descolgadas por la ventana de la fortaleza hasta el foso. Sábanas azules anudadas unas con otras y dispuestas como escalas para fugitivos y amantes, tal vez ambos sean los mismos: amantes huyendo de amores evitando la ciénaga donde habita la criatura: el guardián del orden establecido.
 No  hagan mucho caso, estos delirios sólo son neuronas espejo del mundo onírico y cáustico al que me enfrento cuando cae la noche: cuatro horas de sueño maloliente lleno de insectos revoloteando alrededor. Así es el dolor hondo de uno, siempre latiendo en los adentros, siempre crítico, con mala baba........
Seguimos moviéndonos dentro del círculo trazado con tiza, nada, ni siquiera el viento de poniente, borra la marca. Círculos concéntricos que oprimen hasta el hastío.


BREVE CARTA A LOS NIÑOS SOBRE LOS REYES MAGOS

Aviso a todos los niños que lean esto:  ........... Los reyes, hijos míos, son los padres. Sé que que esta noticia no os desilusiona, al revés, os llama a risa. Sospechabais que aquellos mayores que tiraban caramelos en las cabalgatas de vuestro barrio eran el futbolista famoso o el concejal de vuestro ayuntamiento. Ya sé, queridos, que no sabéis lo que es un concejal, mucho menos un concejal disfrazado de rey mago. Pero el negro del centro que monta en el camello es el delantero de vuestro equipo favorito. Eso lo suponéis de sobra, no disimuléis. Aunque se vista raro y se pinte la cara con betún tiene el mismo gesto analfabeto que en las entrevistas que veis por televisión. Las cabalgatas son un gran montaje teatral donde los progenitores creen que se reconcilian con vosotros, estúpidos como son. Pues sí, los padres son los reyes, aunque de reyes no tengan nada y lleven dos meses buscando la mierda de video juego que le habéis pedido. Algunas no tendréis la última muñeca que queríais. Y es que los fabricantes, pequeñitas, saben la hostia. Ponen a la venta unas cuantas y las otras las guardan para no abaratar el mercado. Ya aprenderéis estas cosas de mayor. De todos modos, amiguitos, no pasa nada.  Os apovechais de la tradición  y hacéis bien ante tanta gilipollada. Venga, niñitos, sed igual de cabroncetes que el resto del año y cuidado, no fuméis en los rincones, que ahora el tabaco está muy mal visto.
                         


SECUESTRO (CRÓNICA DE UN SUCESO)

A las trece, la una, el principio de soledad abarcable. Sesenta minutos justos para morir en un secuestro exprés colgado bocabajo de un gancho, después de haberte machacado los dedos a martillazos. Las técnicas de tortura son perversas y ofuscadas:  ....Parece que el tipo controlaba un kilo de farlopa y cuarenta mil euros, y fueron a por él. Encerrado en un chamizo dejaron que se cagara y meara encima siete días y noches. Hay doce detenidos, dice la bofia, doce contando a un comerciante legal, autónomo, pyme, gente cotidiana que tiene tres o cuatro vidas en cuanto dobla la esquina de la urbanización y del parque donde sus hijos juegan al columpio. Así son las cosas, mundo de chorizos cortado a rebanadas. Hay un ítem que cualquier observador aprecia: el lenguaje cinematográfico aplicado al crimen. Si usted ve que con una herramienta percutora puede agujerear los codos al contrario, si adivina la plasticidad del instante, lo aplica. Sin más. Roberto Saviano, autor de Gomorra, lo explicaba en no recuerdo que entrevista. Acostumbrados a la estética de Holywood disparan sin centrar el arma. Eso implica el doble de sufrimiento a la víctima, igual aciertan en el bajo vientre en vez del corazón o en los muslos. Después hay que rematar la faena. Nunca mejor dicho. La escena favorita es reventar la cabeza disparando al etmoides. El estallido cerebral está garantizado. Se cumple de esa manera el retablo efectista, la dúplica de la imagen mitificada, el sacro icono.   A las trece, que son la una, los Geos entran y liberan al secuestrado, pringado  de ruina humana.