Siempre que oigo o leo lo del desplome de las bolsas me acuerdo de Gila y sus pobres de solemnidad. Desde que tengo uso de razón las bolsas se habrán desplomado mil quinientas veces, mientras la recesión, ese ente aglutinado de vaya usted a saber qué, se apodera de las calles cual vulgar mosca de verano. Cuando era joven, divino tesoro, solía regodearme imaginando cracs en las bolsas y banqueros defenestrándose desde las alturas de esos despachos que yo veía, pero que nunca jamas pisaba. Banqueros e inversores pegándose un tiro en la boca, cayendo desde una torre gemela o ahorcándose en los bancales del extra radio. Pero eso era antes, cuando las crisis bursátiles tenían que ver con lo inmediato. Ahora es más difícil, ya que los ricos enseguida colocan sus pertenencias en el fondo de una obra social para que el pueblo, los sindicatos, los partidos revolucionarios, las iglesias y los asamblearios defiendan sin más sus dineros y a los trabajadores que los vigilan.
Por eso estas cosas del desplome, del advenimiento del apocalipsis, de la tercera guerra mundial, (la guerra mundial está dividida, de momento, en tres partes), o del crac económico del país, no me lo tomo muy en serio. Nadie se tira por los ventanales acristalados, nadie va a la cárcel a expiar su apropiación indebida, (pocos y rápidos), nadie se vuela la cabeza, todos los que tenían divisas, siguen teniendo divisas y todos los menesterosos de solemnidad acaparan pura marginalidad, penúltima capa de cebolla del sistema. Precariedad, hipotecas abusivas, corrupción, alienación, salarios topes, horas extras ilegales, contratos basuras, no contratos, paro irreversible, miseria, puta miseria......
Decía que me acordaba de los pobres que Gila pintaba: paupérrimos de posguerra, mutilados, hambrientos pedigüeños que sosteniendo la mano abierta oían del señorito: "de acuerdo, le voy a dar una limosna, pero por favor, explíquele a mi mujer como hace para no comer".
Que el capitalismo salvaje se defiende como gato panza arriba para no repartir, es algo obvio. Un buen puñado de empresarios, miserables creadores del norte y sur, deciden hasta dónde debe de llegar el fin del mundo. Y todos bailan el tango, aunque sea cacerola en mano. Ciertamente las bolsas están entre crics y cracs, más no se ven capitalistas suicidados, al contrario, acaso sólo hacemos como el monigote de luto del humorista: "....estamos ante una partida de.......¿cómo le llaman los ricos al parchís?", "¿ajedrez? ", "eso", "¿y qué tal?", "muy buena".
Buscar este blog
martes, 16 de enero de 2018
INSUFLACIÓN
.... Insuflar vida constante a base de perder un poco de la misma es una técnica antigua y poco conocida. Soplas sobre el cadáver de un allegado, el ombligo o el corazón, y eliges perder una mano, por ejemplo. Entonces el muerto revive a trompicones, buscando aire para sus secos pulmones.
Durante un par de años más aquél resucitado caminará entre los vivos con tranquilidad, sabiéndose poseedor del bien más preciado: el conocimiento de la muerte propia. Si eligiéramos, es un decir, perder dos piernas, la insuflación brillará en el aire del día. Y el revivido lo será por diez años. En realidad no hay códigos. Una vez mi caballo feneció repentinamente. Me corté una falange del dedo anular derecho y conseguí, bravo y fresco, continuara acercándome a los prados durante cuatro semanas.
Para que todo lo que cuento sea efectivo, antes consultaremos el ritual Sahoni para iniciados, una suerte sincrética que conlleva la lectura de siete frases dentro de cualquier punto del mar mediterráneo. Es fácil conseguirlas, están editadas y a la venta en cualquier librería. La primera del sortilegio la transcribo literal: Oh aire universal del intercambio, en ti reside la fuerza.
Durante un par de años más aquél resucitado caminará entre los vivos con tranquilidad, sabiéndose poseedor del bien más preciado: el conocimiento de la muerte propia. Si eligiéramos, es un decir, perder dos piernas, la insuflación brillará en el aire del día. Y el revivido lo será por diez años. En realidad no hay códigos. Una vez mi caballo feneció repentinamente. Me corté una falange del dedo anular derecho y conseguí, bravo y fresco, continuara acercándome a los prados durante cuatro semanas.
Para que todo lo que cuento sea efectivo, antes consultaremos el ritual Sahoni para iniciados, una suerte sincrética que conlleva la lectura de siete frases dentro de cualquier punto del mar mediterráneo. Es fácil conseguirlas, están editadas y a la venta en cualquier librería. La primera del sortilegio la transcribo literal: Oh aire universal del intercambio, en ti reside la fuerza.
Etiquetas:
insuflación,
resucitación,
ritual,
sahoni
DE CUANDO ME CONVERTÍ EN ASNO
Apuleyo, ay cuanto y cuando, Λούκιος ἢ ὄνος (Lucio o el Asno), se aparece en medio de la caminata de mendigos. Las ridículas aventuras de Lucio, joven viril obsesionado con la magia. Encontrándose en Tesalia, “cuna de la magia”, Lucio busca fervientemente la oportunidad de ser testigo de aquél uso. Su entusiasmo desmedido lo lleva a verse transformado accidentalmente en asno. Bajo esta forma, Lucio, miembro de la aristocracia romana, se ve forzado a ser testigo y víctima de las miserias de los esclavos y desposeídos, reducidos —al igual que él— a poco más que bestias de carga debido a la explotación a manos de ricos terratenientes........... He solicitado ayuda divina y escucha de la diosa Isis. Con su interpretación lograré volver forma humana, para luego transformarme en un iniciado y dedicar semejante mísera y puta vida vida a los misterios y el culto de Isis y Osiris. Apuleyo soñado en la caminata hasta costa de cabo, algo anormal en los mortales de mi edad.
El mar mediterráneo rompe bravío contra las rocas de poniente. Vaya metamorfosis de mierda, pienso andando, he pasado del insecto miserable kafkiano sobre el tapiz del salón, a las orejas colgantes del pollino.........
- Me encuentro con otros viajantes y sus relatos. Llegado a Hípata ,veo a Sócrates, por igual al adinerado Milón, su mujer tiene fama de poseedora de la magia. Más tarde aquello del asesinato y esas cosas, pobre de mí, felón urbanita........
- Caen nubes grises en el cielo paupérrimo, y melancolías absurdas de burros, misión inoportuna. El congreso debate miserias urbanas, el desahucio me desahucia, los libros nos acongojan... ¿libros señor?, miserables de aquesto que llaman red. Transmisiones fallidas, teclas oportunistas,......... presencien la transformación de Pánfila en macho cabrío; intrigado por este hecho sobrenatural, también mi decisión de entrar al cuarto donde la hechicera guara sus embijes; deseo transformarme en pájaro pero, por equivocación de Fótide, me convierto en asno. Y así galopo, cabo de huertas y mar trepidante haciendo espumas sonoras en las rompecrestas, imaginando caricias absurdas, soñando lo que nunca seré..... un asno decrépito que corre con su pésima sabiduría cantando aleluyas a nadie, mísero, infecto, desposeído del dios amor, cabizbajo y cansado........me hablan de Ítaca.... ¿es posible el ensueño para los entuertados?...
-
DELIRIUM TREMENS
Me pasé toda la noche soñando con el bombardeo de Dresde, cosas del alcohol y sus elementos ocultos . El delirio sólo aparece, dicen, cuando la toxicidad es múltiple y severa. Para algunos el delirium asoma sin nada, con agua de ahogados, piedras de lapidados o alcohol etílico, puro friega cocinas. Y allí estábamos, escondidos en la explanada del puente Augusto, soportando la tormenta ígnea, los relámpagos de muerte que destrozaban edificios y hospitales, personas y caballos. Guardé una quijada de asno ensangrentada dentro del gabán, tenga en cuenta que es enero y el cielo está lleno de aviones bombarderos, más de mil, es el fin del mundo, el infierno de Dante, la agonía del imperio.
Sorprendentemente una mosca nocturna merodeando por mi oreja ha acabado despertándome. Sudo, no es Dresde, es el mediterráneo, muchos grados sobre cero, estoy borracho de ron, aguardiente que cruje el estómago, la cabeza da vueltas, los aviones, por fin llegan los aviones y destruyen la baja sajonia de mi corazón mientras grito cerca de las ruinas humeantes de La Frauenkirche: ¡¡¡¡hay que matar a Goebbels, hay que ahorcarlo!!!!
BÚFFALO BILL EN BARCELONA
Si algo encolerizaba al viejo Cody era que se metieran con sus indios. Los pieles rojas, otrora enemigos, se habían convertido en el pilar del negocio: el show bussines. Su gran circo se llamaba "Salvaje Oeste", aunque de salvaje no quedaba más que el maquillaje y el equilibrio indómito de los actores, sioux arrimados al hombre blanco, aferrados al espectáculo como forma de vida.
Buffalo Bill había llegado a Barcelona en medio del frío el 21 de Diciembre de 1890. Aquello se convirtió en acontecimiento del año, sobre todo porque traía indios de verdad. Pero estábamos en que Búffalo andaba muy enfadado con las autoridades locales. Incluso elevó una protesta formal. La desaparición de dos niñas en el barrio de Gracia, (allí instaló su gran circo), desatò una peculiar rumorología: los culpables habían sido aquellos salvajes, considerados, por mor de la literatura de a duro, elementos caníbales y cuasi fieras. (Otro tanto de lo mismo había ocurrido en el resto de Europa, incluso y debido a la coincidencia de los crímenes de Jack el detripador se llegó a acusar a los indígenas circenses de la autoría de las muertes.)
Así que Buffalo Bill campò por la Barcelona de finales de siglo. Cuentan las crónicas que no obtuvo tanto éxito como se pensaba y que el rodeo, con sus tiros, aprensiones y filigranas, no cuajó entre el público. Bill le pegaba en demasía al güisky, y así disponía en su habitación del hotel Cuatro Naciones, (donde todavía se guarda la habitación que presuntamente usó), de alguna caja con agua de fuego, líquido que ayudó al exterminio de las etnias indias. Ayudó al final, cuando no quedaban más que algunos resistentes, porque antes, mucho antes del show y las leyendas, la mano militar del hombre blanco y de sus naciones, Inglaterra, Holanda, Francia, etc... acabó con los naturales del país. Tal vez el viejo Cody pensara en ello cuando Rambla abajo paseaba medio borracho, aquella navidad de 1890.
Así que Buffalo Bill campò por la Barcelona de finales de siglo. Cuentan las crónicas que no obtuvo tanto éxito como se pensaba y que el rodeo, con sus tiros, aprensiones y filigranas, no cuajó entre el público. Bill le pegaba en demasía al güisky, y así disponía en su habitación del hotel Cuatro Naciones, (donde todavía se guarda la habitación que presuntamente usó), de alguna caja con agua de fuego, líquido que ayudó al exterminio de las etnias indias. Ayudó al final, cuando no quedaban más que algunos resistentes, porque antes, mucho antes del show y las leyendas, la mano militar del hombre blanco y de sus naciones, Inglaterra, Holanda, Francia, etc... acabó con los naturales del país. Tal vez el viejo Cody pensara en ello cuando Rambla abajo paseaba medio borracho, aquella navidad de 1890.
EL ACCIDENTE DE AVIACIÓN
En
su turno Bienvenido barre una de las aceras de salidas de la terminal. Le
disgusta el trabajo, pero es un trabajo.
Bienve, así lo llaman los amigos, empuja un carro de limpieza con una
bolsa negra de plástico.
Esa
calle del aeropuerto internacional es rápida, solo pueden aparcar los taxis
autorizados. Aparcar, recoger ingleses y zumbar hasta el destino más próximo.
Poco que contar, ninguna anécdota apenas. Limpia los ceniceros, las papeleras, mira a turistas
borrachos, vienen a disfrutar de sol, playas, discotecas, alcohol y sexo. Ayer
un tipo en mangas cortas, (hace frío), lo saludó hablando no sabe que cosas
en su idioma. Tenía tatuado el escudo
del Celtic de Glasgow en la cabeza rapada.
Bienve
barre aislado, salvo contadas excepciones. Los auriculares de su mp4 suenan
increíbles. Lleva toda la mañana oyendo
a los Dire Straist .
En
otro lugar de la terminal hay un aviso de mal aterrizaje. Un Boeing procedente de algún sitio tiene
problemas. Se han activado los correspondientes protocolos. Los bomberos lanzan
veloces sus camiones por las pistas. Entre ellos uno de cuarenta y nueve
toneladas que acelera de cero a ochenta y un kilómetros por hora en veintiún
segundos. Alta tecnología alemana.
Entra
en pista doblando la proa. Mal
movimiento, una de las alas roza el asfalto y se incendia por la fricción.
Antes de apurar la frenada, parte del fuselaje es pura llama. Ocurre lo peor.
Sirenas, carreras, fuerzas de seguridad, ambulancias. El Boeing arde como una hoguera en san Juan.
Barrer
es aburrido, además, esa parte aeroportuaria es otro mundo. Parecido a una
estación de ferrocarril rural. Hoy, Bienve sonríe, en una papelera han tirado
un consolador grande. Cosas de las despedidas de solteras inglesas. Cuatro
donuts de chocolate y un consolador de goma enorme. Lo guarda en un
compartimiento del carro de limpieza. Seguro que más tarde bromeará con algún
compañero.
Que grande Alan Clark en los teclados. Quince años estuvo con la
banda. Suena "Brothers in
arms"... "Hay tantos mundos y tan diversos, muchos soles todos
diferentes, y tan solo tenemos un mundo, pero cada uno vivimos en uno
diferente". Alguien intenta decirle algo pero no puede oírlo, los Dire
concentran toda su atención.
En
las pistas han salvado a unas cuarenta personas. Pero hay otra ciento diez
achicharradas. Los planes de evacuación parecen sincronizarse, aunque las
prisas hagan parecer que reina el caos. A estas horas ya es noticia de primera
página, televisiones, periodistas, fotógrafos y agentes de viaje empiezan a
llegar al aeropuerto internacional.
Bienve
ve aproximarse a un compañero, abre el compartimiento del carro de limpieza e
intenta enseñarle el consolador. Cuando se quita los auriculares oye al otro
explicar lo del accidente. Con razón huele a goma quemada, aunque aquí, en esta
acera de la terminal, las pistas están a dos kilómetros, es otro mundo, otro
espacio. Por eso, después de escuchar toda la novedad, de bromear con el
dichoso dildo de goma, vuelve a la música y la escoba. Quedan cuatro horas de
turno. Suena Mark Knopfler. Por encima de la techumbre una columna de humo
negro se pierde en el cielo azul. Dos aviones siguen dando vueltas en círculo.
Etiquetas:
accidente,
aeropuerto,
avión,
aviones,
barrendero
MADRUGANDO ES GERUNDIO
Mucho sol se agolpa en las lomas de las
montañas. Por encima de las antenas de televisión, parabólicas, torres y
cables, la lámina del mar violeta es extensible, goma de mascar dúctil.
Me contaba un colega científico que su moto
funciona con zanahorias: "Esa es la base, por así llamarlo. En realidad
procesamos la zanahoria en trozos muy pequeños sometiéndola a una hidrólisis
enzimática, con una ruptura de las moléculas de mayor tamaño, formadas por
glucosa. Así, el azúcar de los tejidos queda libre para ser consumida por las
levaduras. A continuación tiene lugar la fermentación etílica, donde se
utilizan levaduras (similares a las empleadas para producir vino, cerveza e
incluso de pan) que son capaces de transformar el azúcar presente en mosto,
etanol y dióxido de carbono. Por último, el etanol es purificado por
destilación".
Al fin el resultado es Bioetanol, un
combustible ágil que, con catalizadores adecuados, pone en marcha cualquier
motor. Está clarísimo, caso de comercializarse, las petroleras señalarían
como objetivo número uno destruir con misiles las plantaciones de zanahorias.
Estas cosas las cavilo en el silencio de la
mañana quieta, el ruido lejano de los tubos de escape, los aleteos de las palomas en el alféizar de la ventana. Bebo café. Huele toda la habitación, impregna la mezcla torrefacta lámparas, libros, sillas. Fumo sin cesar.
Algún día he de contar mi descubrimiento
intelectual del café. Los escritos de Néstor Luján me ayudaron a estabilizar la
línea de flotación de la infusión estimulante. La belleza de las flores del
cafeto etíope, su fruto verde primero y rojizo después, ¿alguna vez han abierto
un grano sin tostar?, ¿han seccionado su estructura?, ¿han visto y admirado el
alma escondida tras la piel plateada?, ¿han, en definitiva, admirado su
taxonomía, la pulpa, el pergamino, la capa de pectina?......
Suena la radio débil en la cocina. Fútbol, yates,
narcos y rock and roll. Escándalos que ya
no los son. Abro el ventanal .
Suscribirse a:
Entradas (Atom)