Habla un especialista sin levantar la cabeza, ni, por supuesto, mirar... ¿duermes?.
Mal, contesto. ¿Por qué?, incide. Ahí me trastabillo, no sé que responder, si
le cuento la realidad igual me envía a un pabellón psiquiátrico, así que opto
por hacerme el tonto. No lo sé. La ignorancia del paciente produce satisfacción
en el ego a los especialistas que nunca levantan la vista. Los pacientes para
este tipo de doctores son entradas en el monitor, pruebas protocolarias, barras
de colores impresas.
De
acuerdo, no duermo, "¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del
corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la
carne!. ¡He aquí un término devotamente apetecible!. ¡Morir..., dormir! ¡Dormir!...¡Tal vez soñar!. ¡sí, ahí está el problema!.
¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir
en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la
vida!. ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al
infortunio!".....
Al médico se la trae floja la literatura
shakesperiana, él quiere solucionar el expediente: usted forma parte del grupo de riesgo a vivir
arriesgadamente. No puedo hablarle de Hamlet, consideraría que soy más bicho
raro de lo que soy. Extiende una
petición de ingreso. Ahora lo deposita abajo. Pronuncia "deposita"
con clase, conociendo el verbo depositar, sabiendo perfectamente que el empleo
del indicativo asevera su espacio de autoridad. Adiós, buenos días, musita.
Entrego
el papel a la administrativa de recepción que tiene una chapa de un sindicato
mayoritario con una tijera gigante contra los recortes en el jersey. Ya le
llamarán, en un par de meses, más o menos.
Recito de corrido : "¿quién soportaría los azotes e injurias
de este mundo, el desmán del tirano, la afrenta del soberbio, las penas del
amor menospreciado, la tardanza de la ley, la arrogancia del cargo, los
insultos que sufre la paciencia, pudiendo cerrar cuentas uno mismo con un
simple puñal?".
No
sé a que se refiere, habla, pero los
recortes han alargado las fechas. Sonrío porque ella sonríe, además, me mira a
los ojos desde su asiento con ruedas.