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lunes, 5 de febrero de 2018

TEST

Propongamos cualquier palabra al albur y apliquemos el espejo rápidamente. El experimento conducirá a palabras antónimas como reflejo inmediato. Por ejemplo: Muerte. Vida. . En alguna ocasión el subconsciente responderá rompiendo la norma. Ocasión. Baratija. Tiempo. Revuelto. Mapa. África.
Con las mismas creamos frases. En África el mapa se vende revuelto en el tiempo como baratija de ocasión. Pura vida. El juego conduce siempre a la primera palabra y rompe con sus espejos. Este tipo de escritura fue aplicado por Smith y  Horacio Thomas en sus tests de personalidad. El estudio revolucionó el psicoanálisis con datos apabullantes. De cada diez encuestados, siete, presentaron perfiles psicóticos. En cada frase especular la palabra muerte aparecía con constancia. Ustedes mismos, si gustan, pueden probarlo.


EL DEDO

Tengo un dedo herido desde hace  semanas. Tuvieron que coserlo, algo leve, dos puntos interiores y otros dos exteriores, sutura de combate.
 Creo que ha acabado infectándose. Escuece y duele. Lo he destapado de sus apósitos y una suerte de blanca  mezcla brota  entre las costuras. El dedo lo noto hinchado y tieso, no puedo doblarlo, absolutamente inflexible.
Desde ayer advierto que no huele bien y que se ha amoratado por minutos. Dudo bastante. No sé si ir al médico o seguir así, a la postre me quedan otros nueve que uso con absoluta normalidad.  
Caso de decidirme por la visita al doctor, temo que éste se vuelva a enfadar conmigo. Ya pasó algo parecido cuando tuvo que amputarme el pie derecho. 
Los mantendré informados.


IDIOMAS DE OTRA GALAXIA

Me he matriculado en un curso de idiomas interestelares. Concretamente en Algheim, lengua de los Algheimitas. Al principio dudaba sobre las posibilidades, pero este idioma es fácil. Casi todas sus expresiones son guturales y las más desarrolladas suelen ser composiciones de fácil elaboración.  Por ejemplo: Amor se traduce Nom probestic. Sì, se pronuncia guturalmente desde dentro de la nariz gn, y no desde el fondo del estómago krcc. Como aprecian, bastante simple.
 Al final he acabado saliendo con una Algheimita. No me importa que tenga cuatro pechos y cinco brazos. Tampoco que sus piernas estén rodeadas de escamas verdes. Que conste que lo hago por el idioma. 
Benzlsti anuek, o lo que es igual, a mi puto aire.


MORIR LEOPOLDO Y MORIR PANERO

Los papeles inundan esta mesa. Dos mil facturas y recibos, tres mil acuses de recibo, cinco mil apremios. Esta mesa no es una mesa, es una oficina descompuesta en cachitos de cotidianidad. Revuelan aros de cebolla frita en torno a ciudad Juárez.... cien cadáveres decapitados en contendedores ... bien asados, oiga, todo para usté compay.......
 Tengo prisa por acabar este día, aún no ha comenzado (están poniendo las calles), pero tengo prisa. Ojalá se disuelvan con prontitud las horas de largo, atrás Crimea, los tamtanes de guerra figurativa, la silueta del Burguer King en MoscúLeopoldo María Panero fumando en una terraza, en shock, siempre en shock, vaya pirado genial.... nadie, estaba solo, ya no queda ningún Panero.... "¿Qué es el destino?....Es un perro que ladra......este perro que nos persigue como una sombra infiel, insomne como la muerte purificadora que borra la memoria impersonal toda...."..Los papeles se amontonan, libros abiertos, sol a ráfagas inundando el salón.
Me agarro irremediablemente al pensamiento... a tus curvas cerradas, a las abiertas, me agarro a la asimetría de los pechos y al vacío de las pupilas brillantes, a las lenguas rojas como la sangre que nos aborda, la saliva que nos barre, el aliento que respiramos..... "Vivo dentro de la fantasía paranoica del fin del mundo y no solo no quiero salir de ella sino que pretendo que los demás entren en ella. Todas mis palabras son la misma que se inclina hacia muchos lados, la palabra FIN, la palabra que es el silencio, dicha de muchos modos", joder, cuanta coherencia en el delirio de los manicomios, "¿me das tabaco?, "La Danza de la muerte" (Igitur/poesía), es la publicación 24, sí. Hizo un prólogo Bernardo Atxaga; me hubiera gustado hacer prólogos, como Alberti en Roma. Bueno no, como Alberti no, de hecho había un cartel en su puerta que advertía "no se hacen prólogos".......".
Acelera, oh día, cumple tu misión y da la vuelta alrededor del mundo, gira de oeste a este, rota de una puta vez y agótate........" Más allá de donde aún se esconde la vida, queda un reino, queda cultivar como un rey su agonía, hacer florecer como un reino la sucia flor de la agonía: yo que todo lo prostituí, aún puedo prostituir mi muerte y hacer de mi cadáver el último poema"........................


ESBOZO DE PLEAMAR


Nunca subí al monte Capanne, ni divisé desde allí la isla entera, el rompiente de las olas, ni su muelle Portoferraio con el mismísimo Napoleón intentando regatear el precio de los atunes y bonitos medianos en la Caleta Giacomo Matteotti.
En realidad nunca he subido a ningún sitio, ni viajado, ni siquiera (no se apuren) más de quinientos kilómetros lejos de esta cabaña pre construida, un contenedor grande que sirvió de hospital provisional en las campañas anti droga de los ochenta.
Sube el sol por las crestas de mis sueños incumplidos. Que contradicción, que frase hecha estúpida, nunca tuve sueños, menos incumplidos. La vida se me escapó entre ratas de poniente, un puerto húmedo lleno de lamparones y orines, de furcias desdentadas y borrachos con barba de meses, viejos lobos de mar, hombres acostumbrados a solucionarlo todo con el cuchillo de cortar mojama... ¿sabe usted secar pescado en la eslora de una barcaza que se balancea entre olas de metros?, ¿sabe usted beber ron (dame aguardiente, joder) en popa, beber y vomitar a la vez contra el salitre pegajoso del disturbio marítimo?..... ¿letras?, ¿qué es eso, que idioteces son esas,? mira lo que canta el poeta loco antes de ahorcarse de la rama de un olivo seco: "No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos qué forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo".
Nunca estuve en las playas gemelas de Samson y Sorgente, ni presencié sacudido por el síndrome de Sthendal sus acantilados de oro, nunca besé a ninguna mujer en las arenas rubias de Colle d’Orano o Fetovaia, todo era falso, lo imaginé, en el peor de los casos fue una pesadilla febril, una mentira más en mi vida mentirosa, vaya selecto club de engañadores, tu te engañas creyendo que yo me engaño y que me engañas engañándome. Ad infinitum. 
Mientras, los compañeros juegan a las cartas con chicas de faldas ágiles. Les huele el aliento a sardinas, un hálito espeso de tabaco picado y burbujas mediterráneas..... nunca estuve en la prisión de Porto Azzurro, rodeado de criminales y mataviejas...... "No vale la pena molestarse en matarse porque uno siempre se mata demasiado tarde".
Demasiado tarde.


domingo, 4 de febrero de 2018

HIJOS DE SATÁN

Haciéndole caso a Cunqueiro acabé de leer "Los hijos de Satán", de Cobdan y Cabell. Ha sido difícil conseguir este descatalogado, pero  mereció la pena. La potencia marítima de Satanás encierra misterios insondables.
 Al parecer tuvo sus días de gloria (es un vulgar eufemismo, tal vez debería decir sus días de infierno, dado el tema que tocamos) en las grandes jornadas de la trata de personas en el siglo XVIII. Cuentan que un demonio llamado Baliel era jefe de las naves militares y mercantes diabólicas. Se hacía pasar por holandés y tuvo trato con el mismísimo presidente Jefferson. Con el sobrenombre de Luftson, Baliel, bajo, rechoncho, barbudo, dirigía la nao capitana, "igual que la del arca de Noé, pero de menor tamaño". También era el director de setenta bestias marinas capaces de transportar en sus espaldas cada día a setenta demonios desde Lisboa o las costas del África negra hasta las costas de América o Brasil, todo en una sola noche. Porque según el autor, las flotas diabólicas navegaban únicamente a la caída del sol, insistiendo en las numerosas noticias de esclavos negros, que una vez en tierra contaban que habían hecho el viaje solamente en una noche, atados sobre una piel azul, resbaladiza, húmeda. Estos esclavos habían viajado en los lomos de las bestias de Baliel y no en las naves de los negreros.
 Tuvo Baliel adeptos tales como Nelson, que había sido presentado por lady Hamilton, a la que un demonio llamado Barotto,(esto lo aprendí en otras lecturas) enseñó baile y técnicas concupiscentes amatorias. Prometió este diablo en caso de muerte nunca faltara ron al almirante. Recuerden que su cuerpo fue trasladado desde Trafalgar a Gran Bretaña dentro de un gran tonel de licor. De hecho, las tropas de Baliel estuvieron en la gran batalla naval de Trafalgar, ignoramos aún si visibles o invisibles. Grandes artilleros, podían lanzar sus cañones sin pólvora y, asomando la culata contra el enemigo, hacían fuego al revés, trazando las bombas un perfecto óvalo en busca de su letal destino. 
Muchas cosas aprendo en este libro de demonios Balièlicos. Incluso detalla el lenguaje de algunos delfines al servicio de sus hordas. Sobre el lenguaje de los animales marinos, embaucadores y vengadores, prometo hablarles otro día. 



LEYENDO SIN MORIR EN EL INTENTO

Me he escapado de la lectura sólo un rato. Deben de ser los astros que andan invertidos, el polo sur en el norte o el norte en el sur. O debe de ser la luna, que desde el mar de la tranquilidad ejerce presión contra las mareas interiores de mi cerebro. Digo que me he escapado porque últimamente soy cautivo de varios autores. Los más antiguos hacen mella en el corazón, pues, inesperadamente, me he vuelto a reconciliar con ellos. No tiene mayor mérito, aunque descubro que lo que había leído cuando yo era otro era también parte del otro.
 Con respecto a los que no son tan nuevos, llegan a fascinarme tanto que siento preocupación. Preocupación y pesadillas en noches de difícil digestión. Cualquiera que ose destripar a Vila Matas, por ejemplo, sabe lo que cuento. Héteme navegando en un maremoto literario barrio bajero. Camús, Sartre, existencialistas de mi juventud, (¿pero tuve alguna vez juventud?), versus Bolaño, Fonollosa, Vila o Padura, autor de novelas negras y perfeccionista en "El hombre que amaba a los perros". Fumo sin fin aspirando artículos y apuntes perdidos..........
 Camino por la literatura extrañamente, tengan en cuenta que el ensayo y la historia ocuparon gran parte cuando fui otro distinto también al otro del que les hablaba antes. 
Kafka es uno de aquellos añejos amigos que vuelve a ocupar mesita de noche. Mentira, mi mesita de noche es una base etérea compuesta por el libro de los seres imaginarios de Borges, un bestiario medieval , Simenón con sus Fantomes du Chapelier, y tres enciclopedias dedicadas al bombardeo de Dresde. Mentira ítem más: mi mesita de noche son aviones de la Raf, huidas de Veracruz, poemas de orín con fuego de Panero y algunas lágrimas de presbicia y pena.
 Ya digo que me he escapado un rato de la lectura, aunque sus cornetas tocan a filas. Vuelvo al submundo donde convivo con todos los otros que he mencionado. Yo mismo después de no ser nadie. 



CRAC

Una persona, deducía, que no supera las crisis, es una persona condenada. Ergo él era un condenado. Paseaba por jardines soleados apenas amanecer, así oìa todo lo nuevo, el crunch de las hojas desperezándose al recibir la luz, el pot de las hormigas al pisar las sombras, el ziiis de la primera abeja oliendo pistilos.
Después se sentaba con los ojos cerrados sabiendo que eso era lo único saboreable, más tarde vagaría fijándose en las crudas y siniestras onomatopeyas de la ciudad. Rebuscaría en alguna papelera, comería algo, cualquier cosa y ya está, misión cumplida, otro día más. Al caer la tarde buscaba el mejor sitio, aislado, arrastrando  cartones, zuuum sonaban, y apuraba un trago crítico, glop, glup. Por las noches, en cualquier esquina, soñaba con sonidos de grillos bajo la luna. Pura crisis. 

EL MOVIMIENTO DE LOS PECES EN EL AGUA

Según cuenta Cunqueiro en el año 2175 se producirá un eclipse total de sol visible en la montaña sagrada Chei, (nadie ha podido localizarla todavía), en el noreste de China. Y ocurrirá porque los eruditos del XVII en Pekín saben a ciencia cierta que ese día los movimientos de los peces en el espejo alcanzarán la superficie en una extraña conjunción de Sol, Luna y Tierra. Sé que Borges se ocupò también de estos menesteres: hubo una época en que en el mundo mandaba un gran pez terrible, asistido por todo un ejército de congéneres, los cuales ejercían sobre el hombre y los animales un estado de satrapía. Un emperador logró, no sin cruentas batallas y abismales magias, encerrar al gran pez y sus ejércitos en un espejo, que confundieron con un mar en calma. En China existe una escuela mística de "vigilantes del espejo", que miran si los encerrados se mueven y si se mueven que es lo que exactamente hacen. Juan el Eremita fue uno de éstos vigilantes, por eso bajaba cada veinte días por los acantilados de finisterre y oteaba las aguas, azuzándolas a veces con un bastón de cedro. Los peces se mueven, al parecer muy lentamente, en grandes y perfectos círculos con dirección a la superficie: cuando logren llegar a la flor del espejo, lo destruirán e impondrán su gobierno maldito al planeta Tierra.

FEBERO MOLECULAR

Cuatro grados y un vaso de café. Mientras leo los informativos digitales comienza a clarear, sombras desapareciendo poco a poco, a regañadientes. 

Las ambulancias también madrugan, una sirena suena en el silencio.
He estado entretenido un rato repasando acontecimientos paralelos a los habituales. Por ejemplo, sé que un grupo de científicos ha logrado crear ADN sintético, artificial, distinto al que constituye las moléculas de los seres vivos. De hecho no se puede incorporar al genoma porque utiliza un código completamente opuesto, pero sí guardar información: "Si lo mantienes en un ambiente frío, seco y oscuro, las moléculas utilizadas pueden durar hasta 10.000 años, o quizás más, en condiciones adecuadas".De momento han codificado los 154 sonetos de Shakespeare en cadenas de ADN sintético, una técnica que permite almacenar grandes cantidades de datos durante miles de años. 

En el tamaño que ocupa una mota de polvo, los investigadores codificaron además un extracto de 26 segundos del discurso de Martin Luther King "Tengo un sueño", así como una fotografía del laboratorio de Cambridgeshire, donde se desarrolló el experimento. 
Me gusta que en un espacio similar al de una taza de té se guarden con este método cien millones de horas de vídeo en alta definición, equivalente a todas las películas y programas de televisión creados hasta ahora. 

Sin duda otro paso en torno al desconocido mundo cuántico, con átomos, subátomos, materia y antimateria dando vueltas en el tiovivo de la ciencia.
Reconozco que los avances me pueden. Hace nada intenté escribir (en la serie de inventos imaginarios) un relato sobre la transformación de motas de polvo en croissant. Lo he enviado a la papelera porque ya no es una idea imaginaria, al contrario: secuenciar moléculas de diferentes sabores es algo asequible y fácil. Así que he tenido que volver a los seres paramitológicos, mitad hombres y mitad bestias , extraterrestres de trompetilla o mujeres de ultratumba. 
Ya es de día, algún pájaro pía por el acontecimiento. Febrero de preludio y fuga en do mayor.


viernes, 2 de febrero de 2018

CAZADORES

A un señor aficionado a la caza mayor le han robado una cabeza disecada de rinoceronte. Luego, los ladrones, han cortado los cuernos y la han tirado a una acequia. Descubrimos la patética escena: una cabeza con las defensas serradas semihundida en el lodazal de un bancal de alcachofas. El cazador, lo es legalmente. Por eso me entero que esos cuernos robados tienen un registro, un número de serie de control. El señor lo cuenta en su sala de trofeos: ancladas a la pared veinte o treinta cabezas más: impalas, ñus, leones. 
Uno le da vueltas a las cosas por dárselas, hubo un tiempo quizás, que una jabalina o un arco mataba a un mamut. Y se lo comían, incluida la cabeza. Hoy éstos cazadores, y los hay a miles, buscan elefantes, leones, lobos, osos, urogallos o  corderos divinos. Los matan pagando mucho dinero por el gusto de matarlos, por hacerse la foto con sus piezas. Vean sino en algunos locales cutres las testas  colgando sobre  máquinas tragaperras. El caso es que un rinoceronte (afectado, explica el cazador que era la joya de su corona) es asesinado legalmente en medio de la sabana, decapitado, disecado y exhibido en un chalet de la costa mediterránea, para en un retruécano antinatural acabar al lado del alcachofal sin los malditos cuernos presuntamente afrodisíacos.
 No se extrañen entonces, si de vez en cuando advierto que me atrae la figura del leopardo devorando a su matador. Pura naturaleza. 




MÉDICOS

Habla un especialista sin levantar la cabeza, ni, por supuesto, mirar... ¿duermes?. Mal, contesto. ¿Por qué?, incide. Ahí me trastabillo, no sé que responder, si le cuento la realidad igual me envía a un pabellón psiquiátrico, así que opto por hacerme el tonto. No lo sé. La ignorancia del paciente produce satisfacción en el ego a los especialistas que nunca levantan la vista. Los pacientes para este tipo de doctores son entradas en el monitor, pruebas protocolarias, barras de colores impresas.
De acuerdo, no duermo, "¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne!. ¡He aquí un término devotamente apetecible!. ¡Morir..., dormir! ¡Dormir!...¡Tal vez soñar!. ¡sí, ahí está el problema!. ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida!. ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio!".....
Al  médico se la trae floja la literatura shakesperiana, él quiere solucionar el expediente: usted forma parte del grupo de riesgo a vivir arriesgadamente. No puedo hablarle de Hamlet, consideraría que soy más bicho raro de lo que soy.  Extiende una petición de ingreso. Ahora lo deposita abajo. Pronuncia "deposita" con clase, conociendo el verbo depositar, sabiendo perfectamente que el empleo del indicativo asevera su espacio de autoridad. Adiós, buenos días, musita.
Entrego el papel a la administrativa de recepción que tiene una chapa de un sindicato mayoritario con una tijera gigante contra los recortes en el jersey. Ya le llamarán, en un par de meses, más o menos. 
Recito de corrido :  "¿quién soportaría los azotes e injurias de este mundo, el desmán del tirano, la afrenta del soberbio, las penas del amor menospreciado, la tardanza de la ley, la arrogancia del cargo, los insultos que sufre la paciencia, pudiendo cerrar cuentas uno mismo con un simple puñal?".
No sé a que se refiere, habla,  pero los recortes han alargado las fechas. Sonrío porque ella sonríe, además, me mira a los ojos desde su asiento con ruedas.









FIEBRE

Nunca me habían hurtado un libro, menos en un semáforo, menos sacándolo con agilidad del anorak, menos dejando un halo maravilloso tras de sí, menos sonriendo. Nunca me había alegrado tanto del hurto de un libro…………
La memoria en las tardes de jazz se desordena inoportunamente. “Monk's dream”,  Thelonious Monk, arranca con fuerza de cuerdas. Una supuesta bola de fuego arde al fondo de la habitación, ilumina destellando el teclado oscuro, hace que la cabeza explote e inunde de sesos grises el suelo.
 Sin cabeza y sin memoria las tardes de blues caen lánguidas. Voy de la lectura a la escritura con horrenda facilidad. Trotsky, viejo camarada Liev Davidovich, sueña en el pórtico de su destierro en Turquía con islas vírgenes y casas reposadas donde escribir versos. Maiakovski se dispara un tiro en el corazón, corazón de paño, corazón de guitarra y banjo.
Muchos días de mi vida son así. Duran el tiempo en el que puedo estar solo repasando versos y textos. Música desde las entrañas  destinada al sentimiento que me destroza. Otra vez  sin cabeza, sin memoria, parezco un monstruo de plastilina, golem que camina sobre aleros buscando gárgolas que provocan llantos de media noche. (La disidencia y la incandescencia. Jazz, ñazz, blues, zulú, manitú. Café limones, y guitarras. Otra vez mi personal hurtadora de libros agarrándome el alma desalmada). 

Tarde sin cabeza ni memoria.





EL MONO DE LA TINTA

Habla Borges en "El libro de los seres imaginarios" de un mono que abunda en las regiones del norte y que tiene cuatro o cinco pulgadas de largo. Al parecer es muy aficionado a la tinta china, y cuando las personas escriben se sienta con una mano sobre la otra, con las piernas cruzadas, esperando que hayan concluido para beber el sobrante de la tinta. Borges cita de corrido una fábula que ya contó en 1791 Wang Ta-Hai. 
Sólo vengo a confirmar que cuando el veneno de la escritura entró en mi vida para destrozarla definitivamente con pensamientos, frases o gerundios robustos, una tarde cualquiera todos los bolígrafos de casa, incluidos los escondidos en el secreter del buró, aparecieron vacíos. Conté a quien me quisiera oír que había visto escapar por el ventanal hasta la frondosidad de los sauces una criatura escueta, pequeña, filigranesca. Y que su boca estaba manchada de tinta. Nadie me creyó. Desde entonces, cada mes ofrendo a la benevolencia de poder escribir dos cápsulas azul y negra de tinta indeleble china. Al otro día, sin más, aparecen secas.




jueves, 1 de febrero de 2018

VENTANAL

En la calle hay una ventana que asoma a tu casa. Inclinado sobre ella puedo mirar hacia dentro. Lo hago de vez en cuando y contemplo tu colección de animales encerrados en un acuario azul. 
Veo maravillado los celentéreos, tus braquiópodos y los enormes amotines de pié en una esquina. Observo la pecera gigante del salón y como nadan los nautiloideos en busca de alimentos. Descubro que buscan trilobites, ocultos entre la arenisca del fondo de la pecera. Les debe resultar grato el sabor de su exoesqueleto. Algún equinodermo gigante se oculta en la colonia de briozoos que adorna la arenisca. También contemplo, junto al acuario, dos macetas enormes donde crecen helechos. Y junto a la mesa adornada con caracolas, grandes trozos de topacio, crisoberilo y ópalos.
Me asomo cada vez que puedo desde la calle a tu casa. En una esquina, una jaula de mimbre con suelo de sílex acoge a un pájaro que canta desagradablemente durante horas, su pico tiene dientes y las garras son poderosas. Archacopteryx es su nombre y las plumas se parecen a las del  faisán. Cuando presiente que llegas a darle su carne diaria, parece que sonría  reconfortante. A mí me gusta ver tu colección y tu fauna, pero sobre todo me gusta verte a ti, mi amada australopitecus, tan hábil y desenvuelta en tus cosas. 

          

LOS PÁJAROS

En el cañaveral se oyen gorjeos y píos, trinos, zureos, voznos, ululeos y trisos, graznidos, cacareos y cantos. Antes del crepúsculo empiezan a levantar vuelo. Uno, dos, cien; posados en los tejados de las casas, ya son trescientos. Invaden aleros, ventanales y líneas eléctricas. 
En apenas minutos visitan en tropel el pueblo. Miles de pájaros aleteando entre  locales, departamentos y casas. El ataque es feroz y ponen perdido de mierda todo el mobiliario. Ensucian suelos, habitaciones, paredes, cruces, calles, ayuntamiento, estatuas, comisarías. Mierda pura de pájaro.                               Acaban marchando justo cuando cae el sol. 
En el cañaveral un ligero murmullo da paso al sueño. 
Esa noche los asustados habitantes la pasarán limpiando. No entienden que misterio biológico hace que las aves confundan su pueblo con un gran retrete.




LA ESPERA

Tumbado mirando el techo, mapa de un territorio indómito, sioux en la tela de araña de la esquina, el séptimo de caballería da vueltas sobre las aspas de esa maldita luz ventilador.
 Fuera, detrás de la ventana, está Barcelona. Llueve sobre sus calles pausadamente mientras el bochorno se adueña de todos. No puedo reparar en nada que no sea el techo de mi habitación, sólo desvío un poco la mirada para ojear el vaso de agua con la dentadura dentro, un cenicero del parque Güell y los lomos de los libros que llevo días intentando digerir.
¿Que hago en una pensión de mala muerte del Raval?, ¿que ha pasado para acabar así en apenas medio mes?. Sí, me escondo. Desvarío soñando con indios y vaqueros, con films de Houston, con frases de Hammet. Desvarío hasta la locura después de haber ingerido ketamina para matar a un asno. Es evidente que eso soy, un asno escondido que huye de otros asnos convertidos en borricos mayores. Llevaba cinco años sin fumar y ya voy por el tercer paquete de rubio americano. 
No lo he dicho, pero estoy esperando a que lleguen y me maten. He sacado el cargador de mi parabelum y lo he lanzado a la papelera del cuarto, después he liado el hierro en una servilleta de papel y escondido en el alfeizar de la ventana. 
 Un cuarto chusco con lavabo sucio y un espejo roto que te desfigura la cara cuando te la miras. Sin la dentadura pierdo mucho, parece que la calavera interior emerja de la nada. En otro tiempo, esta imagen, la calavera interior que cubro, me hubiera parecido especialmente literaria... me van a matar igual que yo voy matando a los sioux que danzan en la tela de araña de la esquina del techo. Llamarán a la puerta con sequedad, entonces sentiré un temblor parecido al de la ketamina, las sienes serán puro pàlpito. Me colocaré con tranquilidad la dentadura postiza, no quiero morir sin piezas dentales en la boca. Incorporado, sentado, los invitaré a pasar. Después todo será horrible, una bolsa de plástico en la cabeza, un alambre cortante en el cuello, un tiro, un golpe de bate... no lo sé... Fuera, detrás de la ventana, está Barcelona..




DESOLACIÓN DEL OJO

Detrás del vaso de café un ojo mira a los lados. De vez en cuando se cierra y abre, como pestañeando, tal vez pretenda librarse del vaho aromático.
 Allí solo, aislado, el ojo siente tristeza. Entonces llora un poco, no mucho, de hacerlo continuamente convertiría su ámbito en un saladar aguado, así que procura aguantarse y seguir contemplando, junto al lápiz tumbado encima de la mesa, el paisaje abrupto que asoma por los cristales de la ventana.


LEYENDO A FEDERICO GARCÍA LORCA

Coleccionaba versos. Enormes, sujetos a las páginas con pinzas de microbios bacterianos. Guardaba bellas sentencias, imágenes oníricas imposibles de nubes de algodón. Cantaba: "las alegres fiebres huyeron a las maromas de los barcos y el judío empujó la verja con el pudor helado del interior de las lechugas". Giraba sobre la notas y los libros como un trompo de madera con pié redondo de acero. El acero de la pistola al cinto o al sobaco. Coleccionaba sentencias, epístolas y sonetos. Cantaba: "estás aquí bebiendo mi sangre, bebiendo mi humor de niño pasado, mientras mis ojos se quiebran en el viento con el aluminio y las voces de los borrachos".

 Abría los tomos aleatoriamente y así se llevaba la sorpresa. Un escupitajo de lluvia tenue, de tinta azul y verde, de frases cargadas de luz. Las imágenes de los hombres muertos, de las fosas y de la luz. Las imágenes irradiadas, poéticas, enfundadas en plexiglás. Coleccionaba versos. Cantaba: "aquél viejo cubierto de setas iba al sitio donde lloraban los negros mientras crujía la cuchara del rey y llegaban los tanques de agua podrida".


UN DÍA COMO OTRO

Una luna partida por la mitad corona el alba disfrazada de uña rota y arañazo entre la niebla vaporosa. El día brota de la nada, acero inoxidable de cuchillos de agua.
 Ayer vino la muerte de visita al inmueble. Una vecina anciana decidió, de mutuo acuerdo con los años vividos, morir tranquila en su casa. Tuvieron que derribar la puerta de seguridad, (había echado las llaves por dentro). Cerrajeros, familiares, guardias y médico. Sobre su soledad, la anciana afable y agradable que todas las mañanas saludaba al bajar en el ascensor, nada que objetar, era su decisión de mujer libre. Se apañaba perfectamente, pulcra, coqueta (dos brochazos de colorete en las mejillas), afable. Murió, dice su hija entre sollozos, con la televisión encendida.
 Mientras veía al furgón mortuorio preparado para llevar la carga, pensaba en las veces que la televisión se queda parpadeando rayos catódicos delante de cadáveres. El efecto es distorsionado, signo de exacta modernidad. Lola, así se llamaba, descansa en paz, aunque el rictus de la parca le torciera la sonrisa lo justo, imagino que por tanta sorpresa al ver las orillas de Estigia...
 Con respecto al todo que nos oprime apenas que decir. La política nacional acaba adquiriendo tonos circenses de baja catadura. Oligarcas y plutócratas dominan el cotarro con tal suerte de acontecimientos que la sucesión de los hechos crea hastío. Silencio de corderos.
 Desde el balcón distingo una paloma blanca con el bajo de las alas pintado de colores volando en medio de la espesa niebla. Algún colombicultor ha dado suelta a sus aves....

 Entre café y papeles intento pensar en el destino breve de lo que somos y acabamos siendo, en la lucha infatigable, en el mundo dando vueltas....... Un cráter gigante sobre cualquier área poblada de nuestras mentes rebosa lava incandescente.