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miércoles, 13 de diciembre de 2017

ACCIDENTE LABORAL

J. Pérez lleva trabajando en el turno de tarde treinta y dos años. Es oficial en la empresa, una fábrica de suministros mecánicos. Pasa junto a su máquina ocho horas y media todos los días, una guillotina de torno. Dependiendo del molde corta hasta dieciséis piezas de acero por minuto. Es automática, sólo hay que mantenerla y, claro está, dominarla. J.Pérez es  profesional veterano. 
Ayer, sobre las cinco, puso el brazo en el interior de la guillotina, que, como era de esperar, se lo rebanó sin compasión. J. Pérez no se inmutó. Contempló la extremidad ensangrentada en la cinta transportadora que derivaba hasta una jaula de piezas, incluso advirtió como dos dedos se movían autónomamente, tal vez recibiendo una última orden nerviosa. Se hizo un torniquete con una cuerda y pulsò la alarma de bloqueo. Todas las máquinas de la cadena frenaron en seco. Hace un rato lo he estado visitando. No han podido reimplantar el brazo. Parece, sin embargo, muy tranquilo. Después de tantos años, me dijo, quería saber qué sienten las piezas cortadas, y, créeme, no duele. 
 En la calle paseo recordando la breve conversación que he mantenido con el compañero. Posiblemente esté en estado de shock, pero, medito... ¿no es acaso la alteración abrupta de lo cotidiano lo único que nos mantiene vivos?. Miro mi mano, mañana en cuadrante me toca suplir la baja de J. Pérez. Miro otra vez mi mano. Y los dedos. 

CONSEJOS PARA LEER UN CUENTO

Siéntese en un butacón sin nada más alrededor que usted mismo, preferentemente con luz blanca mortecina y varios libros apoyados en la cabeza y los codos. Verá que el cuento que ha de leer es corto, cuento degollado con plumas de ave dando vueltas en el aire imaginario de sus escenas. Tenga cuidado, no se deje llevar por el instinto de relax, no se fie del autor ni de los personajes si los hubiera. Hay autores que escriben cuentos donde no hay personajes, eso es lo peor, acaban devorándote, disolviéndote poco a poco. Es casi como caer dentro de una licuadora, literaria, por supuesto. El cuento no debe de tener más de tres páginas para ser leído y debe de gozar de título apropiado. Soñar leyendo cuentos es por ejemplo, acertado . Recuerde lo que pasaba en un texto del gran Cortázar. Si caías a las tres de la mañana en una línea determinada morías. Como usted está sentado con el libro abierto en un butacón sin nada más alrededor que usted mismo, intente dominarse. Que el uno no acelere al otro. Estaría mal que acabaran la lectura a destiempo.................... A mi modesto entender, una tarde fría, mientras leo un cuento.


DEL AZAR Y PERSONAS

Leyendo al maestro Julio Camba, cae en mis manos una historia escrita en 1934, contada de tirón y que bien merece ser recordada. Se dice que defendiendo una proposición para abolir la pena de muerte por cobardía en tiempo de guerra, el señor Morrison contó en la cámara de los comunes lo siguiente : "Después de dos días de privaciones, un sargento inglés y cuatro soldados, separados completamente de su ejército, decidieron alcanzar las líneas enemigas y rendirse. En el camino se encontraron a cuatro soldados alemanes capitaneados por un suboficial, y, al levantar las manos ante ellos, vieron, con la natural sorpresa, que los alemanes, a su vez, levantaban las suyas. Los alemanes también querían rendirse, y, ya en un solo grupo, alemanes e ingleses se jugaron a cara o cruz el ejército ante el cual harían su rendición colectiva. La cara era el ejército británico y la cruz el alemán, y, como ganó la cara, el sargento inglés, en vez de entregarles cuatro ingleses a los alemanes, les entregó cuatro alemanes a los ingleses, hecho que fue considerado heroico y que le valió una condecoración."
Cuento casi literalmente lo que cuenta Morrison y leo en Camba, porque la línea entre cobardía y valentía, heroísmo y huida, deserción o compromiso es fina y afilada, una suerte de match point. Si lo piensan seriamente fue una moneda, la fuerza gravitatoria, la velocidad del impulso, la temperatura, el viento potencial y hasta la humedad relativa del aire, lo que marcó el destino de aquellos hombres. Lo cierto es que dos grupos de soldados con los brazos en alto creyeron que el azar era mejor que la muerte. Pero... ¿y si el azar fuera la muerte misma?

ENTRE FILÓSOFOS

....Una hormiga filósofa habla con otra hormiga filósofa: el espacio es infinito, gigante, en contínua expansión, nuestras estrellas, esas puntas brillantes de la noche, (farolas en la ciudad) pueden abrirse a otras galaxias, quizás continuas. Las dos hormigas filósofas, razonan y piensan. Al lado, un muro eterno a su vista. Es el bordillo de la acera.
....En ese instante, un hombre filósofo que habla con otro hombre filósofo baja el escalón aplastando con su zapato a las dos pensadoras dialogantes. Como te decía, el espacio es infinito, gigantesco, en contínua expansión, comenta a su acompañante.


PASANDO LA TARDE CON UN PREMIO CERVANTES

Aunque no lo parezca he pasado la tarde junto a Nicanor Parra soñando con mesas y sillas, con un automóvil que da vueltas,  una película, una bomba de bencina, comiendo pejerreyes, atravesando puentes, avisando con un brillo resplandeciente..... seguía sus instrucciones para acabar de una vez por todas con la policía, oh, perdón, con la poesía. Policía, poesía poseía... una momia de arena, otra disparando un revólver.  Déjense de preguntas, cuenta: en el lecho de muerte cada uno se rasca con sus uñas. Nicanor, le digo, siempre toca el tambor...se hace el sordo viejo, los viejos somos sordos, creemos en la mujer imposible, la mujer de dos metros de estatura, señora de mármol de carrara, la mujer que se hace la dormida mientras el marido la alumbra con un fósforo....... joder, Nicanor Parra desea pavimentar la cordillera, pero no con cemento ni con sangre, pavimentar con violetas, plantar violetas, humildad, fraternidad, llenar el mundo de ...¿escopetas?, no, enredador,...un ataúd le dice a la urna te amo, no puedo vivir sin ti...y la urna lo mira de reojo..... toda la tarde con Nicanor, tiene tanta razón...ya no me queda nada por decir, todo lo que tenía que decir ha sido dicho tantas veces.


ENTRE ESCRIBIDORES


No me pregunten qué hago aquí, en 1946, de pronto, sin esperarlo. Estaba en el bar tomando descafeinado y al verter la sacarosa una erupción me ha trasladado en un pestañeo a la posguerra mundial. Oh cataclismos, el mundo lirondo completamente pelado como una naranja. Naranjas de Hiroshima, claro. 
La culpa de este desvarío la tiene el postismo, un movimiento marginal cuyo nombre responde a la contracción de postsurrealismo y estuvo auspiciado, entre otros, por Eduardo Chicharro Briones, Carlos Edmundo de Ory y Silvano Sernesi.
Vaya, este es un gran charco sin plata, a ver como sale usted. El que habla es un espectador lector insatisfecho que ya se está poniendo nervioso porque me he ido directo a una época convulsa de ortodoxias y disparos. 
"No deja de resultar curioso cómo un casi insignificante fenómeno de vanguardia poética, que pretendía fundamentalmente enfrentarse como alternativa (quizás más divertida que profunda) al estilo neoclasicista permitido por el régimen franquista, y representado por un grupo de poetas que se denominaba garcilasista, haya logrado atraer, al cabo de los años, tanto interés y tanta atención como parece despertar ahora el postismo". 
 Microtextos en prosa sin sustancia narrativa, hibridismo genérico, una maravilla, auténticos precursores de lo venidero. "Érase una vez una chiquilla que era muy blanca y se murió y fue más blanca todavía.'" (C. Edmundo de Ory),"luego las campanas se callaron mientras que a su lado terminaban las flores. Era una mañana". (Silvano Sernesi), "Buscaba la suerte de un minuto, y la tuvo. Pero luego no recordaba ya en qué hora había sido" (Chicharro).....
Vaya, parece que  ha vuelto, dice el lector en la barra del bar. Por un momento se ha quedado in albis, alelado, que es una manera fina de decir agilipollado.
Y tiene razón, no hay café en la taza y ya no estoy en el 46. He pasado de puntillas por culpa de varias frases, extraño poder demoníaco. Con la que está cayendo en la patria nuestra y usted comportándose de forma etérea....


CONOCIMIENTOS INÚTILES

El conocimiento de las cosas inútiles, como el vuelo polinizador de las polillas dentro de los armarios roperos, o la función sociopatológica de los bailes y canciones de verano, forman parte del todo en el que uno se encharca. Ayer estuvimos debatiendo la bajada súbita del frío en las latas de cerveza. 
Aparte de funciones físicas y químicas, estaba claro que a igualdad de temperaturas el descenso de grados en el líquido amarillo es evidente. Y qué decir de las miradas con el rabillo del ojo en las colas de las carnicerías. Sostiene Pérez, un colega observador, que el aroma de la sangre, la subliminal sensación de desnudez absoluta, la carne despellejada, el cuchillo carnicero abriendo un abdomen o un tórax, desembocan psicoanalíticamente en disfunciones hormonales y, por ende, de la conducta. Sexo y comida, antropofagia y sexo, vienen a unirse desde el comienzo de los tiempos. Ese brote justo, hace que las miradas entre personas atrayentes eleven su tono, concretamente, en las filas de espera , dònde el aroma a carne de mamíferos inunda el ambiente sin remisión.



AFTER

Molestias del viento contra los ojos, vaya ojos los de usted que no ven pese a tanto mirar. Molestia de pestañas, molestia de párpados con la mota de polvo que sobrevuela toda la costa blanca, acabada sin más en el unguis que usted frota y frota con la yema del dedo, tenga cuidado, hombre, que se va a quedar con el lacrimal en la mano y luego no podrá llorar, ya, ya sé, no siga, usted  no llora,  usted no lagrimea, usted no se aflige aunque la mota voladora escueza y moleste, sobre todo a estas horas, con la córnea roja, la pupila derretida, el cristalino opaco, el nervio óptico seccionado.....


ENAMORAMIENTOS

Ahí estoy, en el super, mirando el Fairy ultra, los paquetes de papel higiénico, celulosas en forma de servilletas de cocina, el abrillantador oloroso. Aparece ella, que casualidad. La he visto otras veces, siempre en algún pasillo de hipermercado. Levanta la falda con cuidado y se mete por ahí debajo colonias, geles, no sé cuantas historias más. Me mira y ríe. Me gusta su risa. Antes, al levantarse la falda de cuadros, enseñó unos segundos unas piernas espléndidas envueltas en pantis. Es guapa, limpia, no parece una pedigüeña, al contrario, es una persona habitual, normal y corriente...
Ya me conoce, al menos sabe quién soy. Hace un par de meses un vigilante de seguridad de otra tienda la trincó con algún champú. Las voces subieron de tono. Un grupito de clientes acabó acorralandola. Intervine y discutí con el grupo, con el tonto guardia de seguridad, con la cajera, con el encargado. Al final la dejaron marchar. Es una profesional de perfumes y productos de aseo, contaban. Vive de pequeños hurtos, casi todos por encargo.
Esa confesión hizo que sintiera revalorizada su figura. Por eso me he alegrado mucho al verla. Y ella, creo, también al verme. Hace un gesto simpático de silencio con el dedo en los labios. Acabo de convertirme en su cómplice (me vienen a la cabeza cinematográfica imágenes de Bonnie y Clyde). Ignoro si hay cámaras de seguridad y, caso de haberlas, si funcionan, pero no parece importarle mucho esa cuestión.
Entonces se acerca. Estoy con el Fairy ultra en las manos. Me lo quita y, levantándose la falda con habilidad, se lo guarda en vaya usted a saber que recodos del panti. Fuera te lo doy, dice.... es un regalo.
Y, no se porqué, cuando marcha y sale sin problemas del establecimiento hacia el parking, pienso que una historia de amor ha comenzado. Grande.



BUK Y DON QUIJOTE

Todos los Boeing del mundo son atacados por misiles tierra aire y derribados sobre la tundra del hemisferio norte. Lo digo sin empacho sorbiendo café. De pronto el escritor Merino me saca de ensueños. O me introduce en ellos, no sabría decir. Cuenta como el profesor Souto, gracias a documentos procedentes del alcaná de Toledo, descubrió que en el último capítulo de la segunda parte del Quijote... ("de cómo el quijote cayó malo y del testamento que hizo y de su muerte"podemos asegurar que el caballero efectuó una cuarta salida y que en ella encontró al mago que enredaba sus asuntos, antiguo soldado manco al que ayudaba un morisco instruido y que consiguió derrotarlos tornando los molinos a ser gigantes, las ventas castillos y los rebaños ejércitos, y él al fin, sin más, pudo casar con doña Dulcinea fundando un linaje de caballeros andantes que desde entonces han ayudado a la humanidad a liberarse de embaucadores, malandrines e hideputas.
Puf. El calor amenaza derretir las ojivas dispuestas en el sistema Buk, modelo básico, que la OTAN denominó caprichosamente Gadfly (“Tábano”), con un radar adicional de onda continua para mejorar la detección de los aviones que volaban a baja cota. Con un alcance de hasta 32 kilómetros de profundidad y hasta 22 kilómetros de altura, el sistema Buk se ha convertido en la columna vertebral de la defensa antiaérea de muchos países.
Buk. Puf. Un vehículo de cadenas y lanzador con cuatro misiles asociados a un radar monopulso cuya función es guiar al misil hacia el objetivo.
¿Eran gigantes aquellos molinos en el fondo de los campos manchegos?. ¿Acabaron derretidos por el sol deslumbrante, la bolsa de aire seco saharaui?. Encima de las aspas varios Boeing 777 humean, negra chimenea lanzada al espacio ..............
Andando entre chicharras te busco en el secarral amarillento de la mañana. Yo, penúltimo caballero del linaje, mi amada Dulcinea.......


JAZZ

A mi me nace asesinar a saxofonistas tenores. Y cortarle las piernas al pianista, meter las baquetas en los sobacos al batería o hacer que el contrabajo engorde con su músico en el vientre. Un vientre magnífico. Éstas cosas las digo yo en el pensamiento, viendo los zapatos del músico moverse sobre las hormigas burdeos del escenario.
Se fusionan las notas en el parquet, reverbera la acústica de... la sala y, entre todo el silencio sepulcral (coño esto no es lo que era, el jazz no puede existir sin alcohol, drogas, humo y matones con diente de oro) brillan tus ojos como esmeraldas.
A mi me nace ahorcar al técnico de sonido que bebe Amstel entre bambalinas, apretar tu rodilla desnuda, volar entre pájaros focales soñando nada... (nada mejor que soñar nada).
Y la piel, siempre la piel, rozarla, metros enteros, lisos, cálidos, con pecas, motas, comisuras, marcas. La piel que se estrecha entre los dedos como un juego invisible de posibilidades exactas.
A mí, (ruidos en el cielo), me apetece desabrocharte la prendas, las cremalleras, las ideas del rincón donde nunca llegaré. Y morirme un rato en el sudor de las horas.......



OQUEDADES

Symmes creía en la teoría de la tierra hueca. Rechazaba, por ejemplo, que pudieran existir cinco polos Norte, a saber: el magnético, que no es estacionario, el geomagnético,  sobre el noroeste de Groenlandia, el de la Inaccesibilidad, en el océano Ártico, al norte de Alaska, y el celeste....... extensión astronómica de una línea trazada a través del eje de la tierra que toca la estrella polar. Cinco son, cinco.
Pero su visión de los polos era excéntrica y cargada de fantasía: Lugares fríos y helados con agujeros avellanados, o lo que es lo mismo: entradas a una serie de siete mundos que se alojaban unos dentro de otros. Por aquellos agujeros penetraba luz solar suficiente para sostener débiles formas de vida, e incluso aire, aunque viciado, respirable. Si uno pudiera llegar al polo, tendría a su alcance todo un universo interior. Lo cierto es que fue muy popular, sus conferencias llenaban salas, dónde juraba que todo lo que contaba era verdad. En 1822, veinticinco miembros del senado votaron a favor del envío de una expedición para investigar la existencia del agujero. Tres años después, Rusia ofreció una plaza al autor de la teoría. No pudo aceptarla porque carecía de fondos.  Al final de su vida, los famosos agujeros de Symmes habían pasado a ser sinónimo de patraña. Lejos de parecer una locura, habrá que recordar que nadie había llegado hasta aquellas latitudes y nadie conocía aquella parte gélida del orbe.
Cuento todo esto porque en mis relecturas ando con las Aventuras de Artur Gordon Pym, la más grande narrada. Ignoraba que el destino de Gordon, ("sombrías tinieblas se cernían sobre nosotros, pero de las profundidades lechosas del océano surgió un resplandor luminoso que se deslizó por los costados de la barca.......y desde esas grietas, dentro de las cuales había un caos flotante y confusas imágenes, soplaban unos vientos impetuosos y poderosos, aunque silenciosos, rasgando en su carrera el océano incendiado") era el mismísimo agujero de Symmes, ya que Poe, grandísimo estudioso, creía a ciencia cierta en él. Aquella gigantesca figura blanca, tal vez dios, tal vez el averno, era el principio de los pliegues en la oquedad de la tierra. Edgar Alan Poe demuestra en esa única novela sus conocimientos geográficos, etológicos, geológicos, de navegación, anatomía, zoología, etnología, en fin, todo un dispendio al servicio del relato veloz y atroz, un relato listo para caer, aquél 22 de Marzo, al fondo mismo del universo.