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domingo, 31 de diciembre de 2017

FIN DE AÑO


Los hebreos andan por  5777, los musulmanes  1448, los chinos terminan su año  4715 del calendario lunar, los hindúes 1939,  y aquí los occidentales gregorianos nos metemos de golpe en 2018. Cuando Julio César dio por terminada la conquista de Hispania inició la era del César. Hacia el año 540 comenzó en Roma la era de Cristo, y a partir de 622 la hégira o mahometana. En la Catalunya alto-medieval se contaron los años por los reyes franceses hasta que fue prohibido en 1880 por el concilio provincial de Tarragona. Aún así narran las crónicas que siguió manteniéndose la fecha de la encarnación, 25 de marzo, como inicio del año nuevo hasta que en el 1350 se sustituyó por la navidad.....
Me entretienen otras letras de fin de año. Dos mundos diferenciados: la zona norte de mi ciudad, donde el proletariado se las apaña como puede y el epicentro comercial, repleto de viandantes cargados de compras. Hay algo que cualquier espectador cotidiano puede apreciar: el mundo de velocidades. 
Se ha imprimido una diferencia sustancial en la llamada clase media deshaciéndola como un azucarillo, pero sin usar cuchara para remover, con los gránulos sueltos en el fluido. Estatus y jerarquías económicas que aún frenadas marcan una diferencia sustancial. Dos o tres velocidades dependiendo de cuanto tengas que pagar, que trabajo tengas o qué no trabajo. Los barrios obreros tienen pocos espumillones, mucha cesta con pernil, mucho olor a vinacho y la oscuridad perentoria de una pobreza inaugurada de otro modo. Nunca los pobres fuimos conscientes de ser tan pobres, empeños, colas en Cáritas y cruz roja, préstamos y débitos, amenazas de bancos, tristeza intrínseca...... el año que se va a la mierda por el sumidero del olvido deja trastornos irreemplazables, rebeliones hueras, frustraciones, mucha cola en las filas del desempleo......en las filas de algo más profundo que la civilización llamó alma, cuando los clásicos querían decir psique...
Pero no quiero ser agorero, de este año salvo una tercera parte, manifestaciones, reuniones, compromisos, actividades, charlas, conferencias, lecturas, amor. Ah, el amor,que me salva la vida, el amor de andar por la calle, de los polígonos industriales,del tatuaje en el abdomen. El puto amor revoltoso que se alza en el centro de la batalla y camina entre cadáveres ofreciendo su sexo de fuego. 
Del año que fenece poca cosa más, acaso los que ya no están, los palmados, amigas, amigos, conocidos, vecinos. Los muertos de alrededor, fiambres llorados, reídos, recordados, ocupando para siempre el imaginario del distrito. 

Cuando yo  muera tu me podrías escribir algo, cabrón, me dice un compañero de barra de bar. Panegíricos SA, no estaría mal. "Protegida por un anillo de acero, por un ejército de disciplina admirable, reclutado en las ciudades del Imperio por un sistema que satisfacía a todos, Roma vivía en paz, sus ciudades se desarrollaban, las comunicaciones eran fáciles, y el comercio florecía. Las tierras lejanas derramaban sus productos en Roma, en cuyos mercados lo que no se veía no existía", eso cantaba Arístides. Exordio, demostración y epílogo. 
Hoy es noche vieja. Disfruten y sean malos, irreverentes, lascivos, peligrosos. Asesinen al burgués de mierda que llevan dentro. Mañana, con la calma chicha del cómputo los conflictos seguirán galopando. Levántese con la ira al cinto presta. Y el tiempo seguirá sin freno. Preparen la artillería. Hay mucho malhallado suelto.






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