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miércoles, 31 de enero de 2018

BAÑO

Dentro de un tubo de pasta dentífrica una dentadura postiza ríe a carcajadas. Esperaba a su portador, un hombre sin cepillo ni vaso de agua en la mesita de noche. 
Esa visión, los maxilares batiéndose y gritando jajajás profundos le hizo dar un paso atrás. Lo pilló pensando en el momento de aseo torpe matinal, en suicidarse a una hora en punto, sobre todo por llevar la contraria a los maniáticos del reloj. Cronometrar el tiempo, tic tac, y con la testa dentro del lavabo, dejarse ahogar entre  retorcijones  en los pulmones, la pleura, el esófago, los ojos blancos, sin vida. Aparecería, creía, flotando de cuello hacia arriba, arrodillado en pijama de verano, cálido verano de polillas, oh. 
En esas estaba cuando desde la dentadura postiza riente, un halo de vapor lo devolvió a la irrealidad constante del cuarto de baño.




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