Buscar este blog

domingo, 28 de enero de 2018

RATERIL

Saltaron del velero dos ratas bien criadas, de barrio elegante, colegio de sotanas y jardines de pitiminí. Dos ratas con buena ropa de marca, la marca de los triunfadores, hermano roedor, dijo una a la otra. Duchadas y mojadas en agua salada, no habían perdido prestancia. 
En la discoteca del puerto, mientras miraban alucinadas los trasiegos del techo luminotécnico, dejaron caer un par de pulgas parásitas. (Pronto comenzará lo bueno. Una infección bubónica terrible que visitará a todos los habitantes de la zona).
 Mientras tanto, alegres, bailaban sobre una pista solitaria la música interminable, que en un bucle, de madrugada, había dejado pinchada el DJ antes de ir al aseo. Allí, lleno de pústulas, agonizaba contra el lavabo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario