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domingo, 7 de enero de 2018

UNIVERSALIDADES

En la constelación Draco se encuentra la galaxia Swift J6, dos sitios bastante lejanos. Allí un agujero negro se ha tragado una estrella, devorándola en sus adentros. Creo que podemos, es un decir, ver su brillo desde la azotea. Algunas estrellas acaban devoradas por las negritudes espaciales. Es cosa de la masa y la física, de las fuerzas gravitatorias, del universo en sí mismo, de la distancia que existe entre inteligencia y asimilación. 
Cada vez que estos temas rondan a mi alrededor no dejo de pensar que ocurre con la estrella digerida, es más, tampoco sé que ocurre con el agujero negro cuando se autorevira convirtiéndose en un bucle opaco en medio de la nada. Tal vez precisamente la nada proceda de esas actitudes caníbales: masa estelar atraída, muerta a dentelladas, renacida en una pompa negra sobre el centro del tapiz galáctico. Una pompa es un blup, un blup la materia a punto de desintegrarse, big bang inoportuno, soplo aleatorio. Y todo esto, amigos, a cuatro mil millones de años luz.


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