Buscar este blog

lunes, 5 de febrero de 2018

ESBOZO DE PLEAMAR


Nunca subí al monte Capanne, ni divisé desde allí la isla entera, el rompiente de las olas, ni su muelle Portoferraio con el mismísimo Napoleón intentando regatear el precio de los atunes y bonitos medianos en la Caleta Giacomo Matteotti.
En realidad nunca he subido a ningún sitio, ni viajado, ni siquiera (no se apuren) más de quinientos kilómetros lejos de esta cabaña pre construida, un contenedor grande que sirvió de hospital provisional en las campañas anti droga de los ochenta.
Sube el sol por las crestas de mis sueños incumplidos. Que contradicción, que frase hecha estúpida, nunca tuve sueños, menos incumplidos. La vida se me escapó entre ratas de poniente, un puerto húmedo lleno de lamparones y orines, de furcias desdentadas y borrachos con barba de meses, viejos lobos de mar, hombres acostumbrados a solucionarlo todo con el cuchillo de cortar mojama... ¿sabe usted secar pescado en la eslora de una barcaza que se balancea entre olas de metros?, ¿sabe usted beber ron (dame aguardiente, joder) en popa, beber y vomitar a la vez contra el salitre pegajoso del disturbio marítimo?..... ¿letras?, ¿qué es eso, que idioteces son esas,? mira lo que canta el poeta loco antes de ahorcarse de la rama de un olivo seco: "No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos qué forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo".
Nunca estuve en las playas gemelas de Samson y Sorgente, ni presencié sacudido por el síndrome de Sthendal sus acantilados de oro, nunca besé a ninguna mujer en las arenas rubias de Colle d’Orano o Fetovaia, todo era falso, lo imaginé, en el peor de los casos fue una pesadilla febril, una mentira más en mi vida mentirosa, vaya selecto club de engañadores, tu te engañas creyendo que yo me engaño y que me engañas engañándome. Ad infinitum. 
Mientras, los compañeros juegan a las cartas con chicas de faldas ágiles. Les huele el aliento a sardinas, un hálito espeso de tabaco picado y burbujas mediterráneas..... nunca estuve en la prisión de Porto Azzurro, rodeado de criminales y mataviejas...... "No vale la pena molestarse en matarse porque uno siempre se mata demasiado tarde".
Demasiado tarde.


No hay comentarios:

Publicar un comentario