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viernes, 2 de febrero de 2018

MÉDICOS

Habla un especialista sin levantar la cabeza, ni, por supuesto, mirar... ¿duermes?. Mal, contesto. ¿Por qué?, incide. Ahí me trastabillo, no sé que responder, si le cuento la realidad igual me envía a un pabellón psiquiátrico, así que opto por hacerme el tonto. No lo sé. La ignorancia del paciente produce satisfacción en el ego a los especialistas que nunca levantan la vista. Los pacientes para este tipo de doctores son entradas en el monitor, pruebas protocolarias, barras de colores impresas.
De acuerdo, no duermo, "¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne!. ¡He aquí un término devotamente apetecible!. ¡Morir..., dormir! ¡Dormir!...¡Tal vez soñar!. ¡sí, ahí está el problema!. ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida!. ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio!".....
Al  médico se la trae floja la literatura shakesperiana, él quiere solucionar el expediente: usted forma parte del grupo de riesgo a vivir arriesgadamente. No puedo hablarle de Hamlet, consideraría que soy más bicho raro de lo que soy.  Extiende una petición de ingreso. Ahora lo deposita abajo. Pronuncia "deposita" con clase, conociendo el verbo depositar, sabiendo perfectamente que el empleo del indicativo asevera su espacio de autoridad. Adiós, buenos días, musita.
Entrego el papel a la administrativa de recepción que tiene una chapa de un sindicato mayoritario con una tijera gigante contra los recortes en el jersey. Ya le llamarán, en un par de meses, más o menos. 
Recito de corrido :  "¿quién soportaría los azotes e injurias de este mundo, el desmán del tirano, la afrenta del soberbio, las penas del amor menospreciado, la tardanza de la ley, la arrogancia del cargo, los insultos que sufre la paciencia, pudiendo cerrar cuentas uno mismo con un simple puñal?".
No sé a que se refiere, habla,  pero los recortes han alargado las fechas. Sonrío porque ella sonríe, además, me mira a los ojos desde su asiento con ruedas.









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