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viernes, 12 de enero de 2018

TORMENTA EN VILLA DIODATI

Todos dicen que la explosión del volcán Tambora en indonesia provocó un inaudito cambio meteorológico aquél verano de 1816. Me hubiera gustado conocer a Polidori recitando Phantasmagoriana, escuchar la enorme tormenta que iluminaba el cielo negro de la noche en villa Diodati mientras lord Byron seguía castigando su hígado con brandy y  Shelley, horrorizada por la voz continua del vampiro más elegante, intentaba sacar provecho a la historia de Prometeo. Mucho se ha hablado de aquellas dos noches en los idus de Junio: debían de haber sido càlidas, más una conspiración de cenizas hirvientes ahorcaron Cologny, en Suiza, enturbiaron las aguas del lago de Ginebra, tumbando árboles endiabladamente. (Aquella relación en la casa enverjada, la de Clair Clairmont, hermanastra de Mary y la de Byron, con Polidori de testigo siniestro, templò la pulsión sexual que se capta en las dos joyas universales de la literatura paridas entonces: Frankestein o el moderno Prometeo y El vampiro).....                        Todos dicen que un rugido dentro del cráter en la isla de Sumbawa semejaba al aleteo de demonios y que miles de ellos volaron arrastrando piroclastos por todos los continentes, convirtiendo la luz del estío en tormentas de nieve y lluvias torrenciales. Sobre una mesa, en la residencia de Diodati, Polidori manuscribe... me hubiera gustado conocerlo. 



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