Buscar este blog

jueves, 7 de diciembre de 2017

NOMENCLATOR

Los pájaros pían menos, agazapados en sus escondites. Un ruido sintomático crece en la gran avenida, larga caravana de autos denotando actividad.
 Me sacudo a los habitantes de la nada pensando en ti, cosa tan habitual como triste.......
 Llama la atención que el gobierno prohíba a los llamados Lenin (en Suramérica hay muchísimos) seguir llamándose Lenin. La táctica legalista para esta actuación político burocrática encierra contradicciones supinas: desde 1977, la Ley suprimió  referencias al nombre impuesto en el bautismo católico, y estableció la libertad de imposición de nombres con el límite del "respeto a la dignidad de la propia persona". O lo que es lo mismo, se prohibían los nombres que, "por sí o en combinación con los apellidos, resulten contrarios al decoro de la persona". Otro cantar son los nombres de fantasía o históricos, aceptados por completo....
 No voy a entrar a mayores, perder el tiempo con la exposición de la Ley y sus entramados.
 Recuerdo a aquella nigeriana que dio a luz en una oficina del paro. Era su sexto hijo y decidieron llamarlo Inem. Viene a cuento este hecho, para recalcar una magnífica crónica de Leonardo Haberkorn. "El último Hitler uruguayo", se titula. 
Repasa el escribidor a todos los Hitler de nombre que habitan su país: Hitler Pereira, Hitler Porley, Hitler Aguirre... "Todos los Hitler uruguayos, al menos los de la guía de teléfonos, son ancianos. Todos nacieron poco antes o durante la IIª guerra mundial, cuando el dictador alemán dividía el mundo entre simpatizantes, detractores y víctimas. Todos pertenecen a esa época, menos uno. Tiene 38 años y es la única excepción."
 Los nombres raros, dónde se permiten por ley, son tradición centenaria. Haberkorn repasa algunos: Waldisney Dutra, jefe policial del parlamento, Lucas Deliro Pittaluga, político local, Batman, Usnavy, etc..
(O nombres tan extravagantes como los del pueblo español de Huerta del Rey, dónde 300 de sus 900 habitantes han sido bautizados como Floripes o Sinclética). Nomenclátor exótico: Subterránea Gadea, Tránsito Caballero, Felino valiente, Clandestina da Cunha, Dulce Nombre Rosales, Lazo de Amor Pintos. Nombres tan reales como Maternidad Latorre, Ciérrense las Velaciones, Pepa Colorada Casas, Caerte Freire, Selamira Godoy, Feo Líndez Méndez o No me Olvides Rodríguez.
 Pues de todas estas formas uno puede llamarse aquí y en la Conchinchina. Excepto, según gobernación, Lenin. Bueno, si yo estuviera en el caso y tuviera que rectificar, lo haría por Trotsky, Bakunín, Kropotkin, Durruti,........... por cierto.. ¿porqué no prohíben el apellido Franco?.
 El sol junta sombras y proyecciones sobre las lomas amarillas del monte. Miro el mar al fondo, una suerte de neblina asciende en el horizonte.



No hay comentarios:

Publicar un comentario