Me sorprende la amanecida de golpe, ni siquiera había
mirado al ventanal del salón. Cielo celeste con alguna formación nubosa en
forma de palillos.
Dado mi carácter multidisciplinar abordo desde hace días, dependiendo de otros
asuntos que no abandono, la vida y labores del gran Jules Verne, una obra
(inacabada, sólo bordada de apuntes), que cada vez se antoja más difícil y
enrevesada. Leo y releo notas sobre su capacidad visionaria y me enfado con
esas tópicas definiciones. Pienso (igual que Savater), que Verne es el escritor
con menos imaginación de su época. Porque todo lo que describía, submarinos
atómicos, vuelos a la luna, láseres verdes, teléfonos inalámbricos, etc...,
etc.. eran proyectos científicos futuribles que a él, gran lector, inagotable
estudioso, le entusiasmaban.
Recorrió el mediterráneo en un yate, el «Saint
Michel», Irlanda, Escocia y Noruega, Inglaterra, el Mar del Norte y el Báltico
y todos los submundos de su mente prodigiosa, de sus mapas extendidos en la
mesa de trabajo, atlas revueltos y amarillos, puntos geográficos marcados con
plumín.
Su sobrino Gastón, en un brote de ira y locura le disparó en una pierna. La
cojera le duraría hasta su muerte. Fue concejal de Amiens durante quince largos
años. Aceptó la presidencia de un grupo de esperanto y el compromiso de
escribir un libro al respecto. Nunca pudo acabarlo, "La impresionante
aventura de la misión Barsac", sin embargo acabó siendo publicado, pero
manipulado, sin ninguna referencia al esperanto.......
El sol brilla fuerte. A
veces quisiera que el alba se prolongara durante horas, el estudio reposado,
incluso las notas que tomo en esos instantes me tranquilizan por dentro....
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