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sábado, 20 de enero de 2018

UN BUEN LIBRO

Acabo el libro de Binet y sin embargo me quedo atrapado en la página 302 acompañando a Gabcik y Kubis en la acera de Holesovice. Esperan al mercedes negro, o verde oscuro, de Heydrych. Viste Gabcik una gabardina gris donde guarda su sten, vaya mierda de ametralladora; sale a la curva marcada delante del automóvil y el arma se encasquilla, oh cielos, oh dioses del infortunio, joder.
 Así que me quedo con ellos reviviendo la escena, viendo como reacciona Kubis y lanza una bomba de mano que cae en la rueda trasera del descapotable. Sube y baja el auto por el zambozazo, aunque Heydrich sale sólo herido del atentado, (a la postre la infección de esa herida producirá una gangrena gaseosa que lo matará en tres días, y todo por el relleno de los asientos del coche: pelo de caballo) y busca calle arriba al hombre de la sten. Estoy a su lado y me toca huir con él de la furia del SS. Dispara el cabrón nazi, titubea, dispara, eso nos salva de momento, cuesta arriba.
 Binet  trabaja el relato y la historia con maestría inusual. Desde sus ensueños en Praga al submundo de la cripta resistente. Un paseo por el infierno nazi, corrompida colonia de arios y psicóticos. Por su culpa, por la de Binet, he tenido que volver a Lidice. Un día después de mi cumpleaños, Hitler mandó arrasar el poblado. Fusilaron a todos: niños, ancianos y mujeres incluídos. A caballos, mulas, gatos y perros. Quemaron  sus campos, los llenaron de sal, derrumbaron edificios, los removieron con palas excavadoras: fuego y sangre, venganza por el atentado de la resistencia checa contra Heydrich....
 He acabado "HHhH" y su nebulosa todavía planea por mi cerebro. Sé que he dado con un gran escritor . Un chaval francés que sabe lo que es el vértigo de escribir. Y yo que conozco el vértigo de la lectura, inusualmente hermanados..... 


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