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jueves, 1 de febrero de 2018

LA ESPERA

Tumbado mirando el techo, mapa de un territorio indómito, sioux en la tela de araña de la esquina, el séptimo de caballería da vueltas sobre las aspas de esa maldita luz ventilador.
 Fuera, detrás de la ventana, está Barcelona. Llueve sobre sus calles pausadamente mientras el bochorno se adueña de todos. No puedo reparar en nada que no sea el techo de mi habitación, sólo desvío un poco la mirada para ojear el vaso de agua con la dentadura dentro, un cenicero del parque Güell y los lomos de los libros que llevo días intentando digerir.
¿Que hago en una pensión de mala muerte del Raval?, ¿que ha pasado para acabar así en apenas medio mes?. Sí, me escondo. Desvarío soñando con indios y vaqueros, con films de Houston, con frases de Hammet. Desvarío hasta la locura después de haber ingerido ketamina para matar a un asno. Es evidente que eso soy, un asno escondido que huye de otros asnos convertidos en borricos mayores. Llevaba cinco años sin fumar y ya voy por el tercer paquete de rubio americano. 
No lo he dicho, pero estoy esperando a que lleguen y me maten. He sacado el cargador de mi parabelum y lo he lanzado a la papelera del cuarto, después he liado el hierro en una servilleta de papel y escondido en el alfeizar de la ventana. 
 Un cuarto chusco con lavabo sucio y un espejo roto que te desfigura la cara cuando te la miras. Sin la dentadura pierdo mucho, parece que la calavera interior emerja de la nada. En otro tiempo, esta imagen, la calavera interior que cubro, me hubiera parecido especialmente literaria... me van a matar igual que yo voy matando a los sioux que danzan en la tela de araña de la esquina del techo. Llamarán a la puerta con sequedad, entonces sentiré un temblor parecido al de la ketamina, las sienes serán puro pàlpito. Me colocaré con tranquilidad la dentadura postiza, no quiero morir sin piezas dentales en la boca. Incorporado, sentado, los invitaré a pasar. Después todo será horrible, una bolsa de plástico en la cabeza, un alambre cortante en el cuello, un tiro, un golpe de bate... no lo sé... Fuera, detrás de la ventana, está Barcelona..




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