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jueves, 1 de febrero de 2018

LOS PÁJAROS

En el cañaveral se oyen gorjeos y píos, trinos, zureos, voznos, ululeos y trisos, graznidos, cacareos y cantos. Antes del crepúsculo empiezan a levantar vuelo. Uno, dos, cien; posados en los tejados de las casas, ya son trescientos. Invaden aleros, ventanales y líneas eléctricas. 
En apenas minutos visitan en tropel el pueblo. Miles de pájaros aleteando entre  locales, departamentos y casas. El ataque es feroz y ponen perdido de mierda todo el mobiliario. Ensucian suelos, habitaciones, paredes, cruces, calles, ayuntamiento, estatuas, comisarías. Mierda pura de pájaro.                               Acaban marchando justo cuando cae el sol. 
En el cañaveral un ligero murmullo da paso al sueño. 
Esa noche los asustados habitantes la pasarán limpiando. No entienden que misterio biológico hace que las aves confundan su pueblo con un gran retrete.




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