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martes, 16 de enero de 2018

BÚFFALO BILL EN BARCELONA

Si algo encolerizaba al viejo Cody era que se metieran con sus indios. Los pieles rojas, otrora enemigos, se habían convertido en el pilar del negocio: el show bussines. Su gran circo se llamaba "Salvaje Oeste", aunque de salvaje no quedaba más que el maquillaje y el equilibrio indómito de los actores, sioux arrimados al hombre blanco, aferrados al espectáculo como forma de vida.
 Buffalo Bill había llegado a Barcelona en medio del frío el 21 de Diciembre de 1890. Aquello se convirtió en acontecimiento del año, sobre todo porque traía indios de verdad. Pero estábamos en que Búffalo andaba muy enfadado con las autoridades locales. Incluso elevó una protesta formal. La desaparición de dos niñas en el barrio de Gracia, (allí instaló su gran circo),  desatò una peculiar rumorología: los culpables habían sido aquellos salvajes, considerados, por mor de la literatura de a duro, elementos caníbales y cuasi fieras. (Otro tanto de lo mismo había ocurrido en el resto de Europa, incluso y debido a la coincidencia de los crímenes de Jack el detripador se llegó a acusar a los indígenas circenses de la autoría de las muertes.)
Así que Buffalo Bill campò por la Barcelona de finales de siglo. Cuentan las crónicas que no obtuvo tanto éxito como se pensaba y que el rodeo, con sus tiros, aprensiones y filigranas, no cuajó entre el público. Bill le pegaba en demasía al güisky, y así disponía en su habitación del hotel Cuatro Naciones, (donde todavía se guarda la habitación que presuntamente usó), de alguna caja con agua de fuego, líquido que ayudó al exterminio de las etnias indias. Ayudó al final, cuando no quedaban más que algunos resistentes, porque antes, mucho antes del show y las leyendas, la mano militar del hombre blanco y de sus naciones, Inglaterra, Holanda, Francia, etc... acabó con los naturales del país. Tal vez el viejo Cody pensara en ello cuando Rambla abajo paseaba medio borracho, aquella navidad de 1890. 


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