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martes, 16 de enero de 2018

INSUFLACIÓN

.... Insuflar vida constante a base de perder un poco de la misma es una técnica antigua y poco conocida. Soplas sobre el cadáver de un allegado, el ombligo o el corazón, y eliges perder una mano, por ejemplo. Entonces el muerto revive a trompicones, buscando aire para sus secos pulmones.
 Durante un par de años más aquél resucitado caminará entre los vivos con tranquilidad, sabiéndose poseedor del bien más preciado: el conocimiento de la muerte propia. Si eligiéramos, es un decir, perder dos piernas, la insuflación brillará en el aire del día. Y el revivido lo será por diez años. En realidad no hay códigos. Una vez mi caballo feneció repentinamente. Me corté una falange del dedo anular derecho y conseguí, bravo y fresco, continuara acercándome a los prados durante cuatro semanas.
 Para que todo lo que cuento sea efectivo, antes consultaremos el ritual Sahoni para iniciados, una suerte sincrética que conlleva la lectura de siete frases dentro de cualquier punto del mar mediterráneo. Es fácil conseguirlas, están editadas y a la venta en cualquier librería. La primera del sortilegio la transcribo literal: Oh aire universal del intercambio, en ti reside la fuerza. 


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