"He llegado hasta este desierto
lejano huyendo de tentaciones y ahora apareces en forma de diabólica culebra,
ángel caído, dice el Mesías con una piedra en la mano, al ofidio serpenteante.
La víbora huele con lengua bífida la amenaza y pone cuerpo en polvorosa
reptando por las rocas hasta su gruta salvadora. Allí, enroscándose sobre sí
misma, piensa: joder, el judío Jesús cada vez está peor."
Apócrifo encontrado en la orilla de
Río Tinto. Siglo XII.
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